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Liga ProfesionalBoca empató sin goles con Rosario Central y Rossi volvió a ser la figura

Un partido parejo en el que ninguno pudo dominar a su rival. Foto Mario Quinteros - Clarín

El arquero xeneixe le contuvo un penal a su colega Gaspar Servio, que en la última de la etapa inicial le rechazó el tiro a Pol Fernández. La Bombonera recibió de nuevo a Carlos Tevez, su último ídolo.

Otra vez, Agustín Rossi. Otra vez la figura de Boca fue su arquero, que fue el único jugador aplaudido por los hinchas que silbaron al resto, incluido al entrenador Hugo Ibarra. San Rossi, se quedó con el penal de Gaspar Servio (que también atajó uno) y salvó al Xeneize de un papelón mayúsculo en La Bombonera ante Rosario Central.

El arquero que no pudo acordar su renovación y que se irá libre a mitad del 2023 se destacó nuevamente, como contra Racing, y motivó el “Rossi es de Boca y de Boca no se va”, de todo el estadio. Un mensaje para Juan Román Riquelme y el Consejo de Fútbol, que dio por terminadas las negociaciones con él y su agente. Por él, el Xeneize no perdió; y por Servio no perdió Rosario Central. En la noche del regreso de Carlos Tevez, el empate 0-0, segundo consecutivo, frenó la marcha de triunfos de local y dejó una sola certeza en el aire: Chiquito Romero tendrá que esperar un poco más de la cuenta para atajar en Boca.

El dibujo cambió, pero la postura en su cancha fue una continuidad de lo que se vio en el Cilindro. El equipo del Negro Ibarra tuvo variantes, de las obligados por las suspensiones de Darío Benedetto y de Carlos Zambrano (se pelearon a los golpes en el entretiempo) y otras tácticas. El DT dejó el 4-4-1-1 y volvió al 4-3-3. Pero Boca volvió a jugar un primer tiempo muy feo, sin conexiones ni profundidad. Tanto que tardó más de media hora en llegar al arco de Gaspar Servio y más de 40 en generar una jugada colectiva que desembocó en una situación de verdadero riesgo.

 

Servio dio un rechazo corto tras un centro de Frank Fabra y le quedó servida a Facundo Roncaglia, pero el arquero, que había fallado su penal ante Rossi, se redimió al reaccionar rápido y atorar al central. En la siguiente, el que lo tuvo fue Agustín Sandez. Recién sobre el final, Boca pudo conectar varios pases consecutivos: Fabra, Pol Fernández, Sebastián Villa, Cristian Medina y Oscar Romero mandó el derechazo por arriba.

Antes de todo eso, Central había dominado de la mano de su joyita incontrolable: Facundo Buonanotte. El pibe de 17 años estuvo imparable del centro hacia la izquierda del 4-1-4-1 flexible que diagramó el Apache para envolver a los locales. Cuando se juntaban Buonanotte e Ignacio Malcorra pasaban cosas interesantes. Malcorra, de hecho, protagonizó la acción del penal por la mano extendida de Luis Advíncula. Es cierto que existe un rebote antes de que la pelota le pegara en el codo, pero el peruano tiene su brazo muy abierto, en una posición antinatural. Pablo Echavarría lo sancionó recién después de verlo por el llamado del VAR.

Y ahí apareció el super Rossi, que desplegó sus guantes una vez más para contener un disparo desde los 11 metros. Lo ayudó el débil y anunciado remate de Servio, pero lo del arquero de 26 años es cosa seria: contuvo 16 penales con el buzo xeneize, siete en tiempo regular y 9 en definiciones, de 54 en total. En tiempo regular, sus números son de una alta eficacia ya que atajó siete de 13 que le ejecutaron.

Central prosperó en su afán de imponer el ritmo de la helada noche de La Boca. Aun cuando no tenía en su poder el balón, se ordenaba tácticamente para cerrarle las puertas a su rival, que otra vez careció de creatividad en la elaboración. Apenas algunos arranques de Medina aportaban na bocanada fresca, algo diferente, un intento al menos de ir hacia adelante. Pero le faltó compañía en el medio, un compinche de juego.

Un momento de lucidez de Villa por la izquierda generó otro penal, esta vez a favor del dueño de casa. Fue claro también y también fue ignorado por el juez. El VAR aplicó justicia con su llamado. Sin embargo, al igual que pasó en el otro arco, los guantes, ahora de Servio, contuvieron el disparo de Pol Fernández.

Villa anduvo intermitente. Cuando se activó, fue productivo. Soltó un derechazo que reventó el travesaño. De a poco, Rosario Central fue metiendo la cola en su área y perdió decididamente la pelota, que quedó del lado azul y amarillo. El problema de Boca, claro, siguió siendo su ausencia de ideas, más alla alguna individualidad. Y el “movete, Xeneize, movete”, retumbó en toda la cancha.

Buonanotte disparó el último remate de la noche y lo desactivó Rossi, el único héroe en el gran lío del Boca de Ibarra.

 

 

 

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