Sociedad

Seguridad vialTolerancia cero al volante: cuánto tiempo debe pasar para limpiar el organismo de alcohol después de consumirlo

La provincia de Buenos Aires aprobó una ley que impide conducir con cualquier tipo de dosaje, que entrará en vigor el año que viene.

La provincia de Buenos Aires dio un paso significativo en la lucha para reducir los accidentes de tránsito bajo la influencia del alcohol al aprobar anoche la ley de tolerancia cero al volante, una iniciativa que se suma a las que ya rigen en otras jurisdicciones del país y que también se encuentra en debate en el Senado de la Nación para sancionar una norma nacional. En territorio bonaerense entrará en vigencia el año próximo cuando sea promulgada y generará nuevas pautas de comportamiento entre los conductores.

El mensaje es claro: si tomás alcohol, no conduzcas. Pero vale la pena aclarar ciertas dudas que pueden aparecer en un escenario diferente al actual, con normas que permiten conducir con hasta 0,5gr/l de alcohol en sangre. ¿Cuánto tiempo debe pasar entre una última ingesta de alcohol para estar limpio y poder conducir? ¿Cuánto tiempo tarda en metabolizarse lo que se consume? ¿Cuáles son los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol?

LA NACION consultó a algunos especialistas que coincidieron en afirmar que no se debe caer en la especulación porque, de esa forma, se corren riesgos innecesarios. La absorción del alcohol y su eliminación del organismo no es lineal ni responde a un patrón general ya que varía de acuerdo al peso, la edad y el género. Sin embargo, hay un dato concluyente: el hígado es capaz de metabolizar hasta 0,12gr/l de alcohol en sangre por hora, poco menos de lo que genera la ingesta de una copa de vino, un vaso de cerveza, un vermú o un licor.

En los controles de alcoholemia que se realizarán en la provincia de Buenos Aires los exámenes deberán dar cero
En los controles de alcoholemia que se realizarán en la provincia de Buenos Aires los exámenes deberán dar cero

“La alcoholemia tiene muchas variables que la condicionan: la edad, el peso, el género y la bebida consumida. El peso tiene que ver con la sangre y la distribución de la grasa porque no es lo mismo tomar una lata de cerveza y pesar 70 kilos o 110 kilos; tampoco es igual tener 20 años o 40; y lo mismo ocurre con la mujer y el varón porque a igual peso, igual cantidad de alcohol ingerida y la misma edad las mujeres concentran más el alcohol que los hombres por una cuestión biológica”, explica el médico toxicólogo Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández y presidente de Fundartox.

“¿Cómo se metaboliza el alcohol? Lo hace en el hígado que tiene una capacidad fija de procesamiento y elimina cierta cantidad de alcohol por hora, en el orden de 0,12 gr/l de alcohol en sangre. Esto quiere decir que para una cerveza, al hígado le sobra, pero para tres vodkas necesita más tiempo porque la capacidad está saturada. Son muchas las variables que influyen para estar limpio en determinada cantidad de tiempo”, sostiene el médico.

Con la aclaración previa de que la ingesta de agua entre copa y copa, o vaso y vaso, no ayuda a acelerar la metabolización, aunque sí a prevenir la deshidratación, por el alcohol, el neurólogo Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología Buenos Aires, coincide con los valores detallados. “El hígado tiene un límite para metabolizar el alcohol a través de un sistema enzimático, con una variedad de reacción de acuerdo al organismo de cada persona. Tiene un techo, aunque no es una curva tan lineal, en el orden de los 0,12 gr/l y por hora; o sea que se necesitan unas 4 a 5 horas para metabolizar 0,5 gr/l”, sostiene el profesional que, agrega, la embriaguez profunda puede tardar hasta 10 horas en desaparecer.

La provincia de Buenos Aires aprobó la ley de tolerancia cero de alcohol al volante, una norma que se está discutiendo a nivel nacional
La provincia de Buenos Aires aprobó la ley de tolerancia cero de alcohol al volante, una norma que se está discutiendo a nivel nacionalMauro V. Rizzi – LA NACION

El ingreso de alcohol al organismo dependerá del tipo de bebida que se consume, el peso de la persona y el género. En un hombre con peso promedio de 70 kilos, una cerveza de 330 ml le aportará 0,21 gr/l de alcohol en sangre; una copa de vino, 0,12gr/l; un vermú, 0,13gr/l; un licor, 0,13gr/l; y un trago combinado, 0,25gr/l. Los valores cambian en las mujeres del mismo peso ya que concentran 0,48gr/l; 0,35gr/l; 0,34gr/l; 0,30gr/l; y 0,55 gr/l, respectivamente y para las mismas bebidas.

“Determinar en cuánto tiempo se puede estar en condiciones de manejar no es lineal porque depende de las personas y el tipo de consumo. Es difícil hacer una determinación exacta porque quizás un vaso de vino no provoque la misma graduación alcohólica en una persona que en otra ya que entran en juego variables como el sexo, si se bebió con comida o no, si se toma agua en el medio y otros aspectos que hacen a la absorción”, explica el toxicólogo del hospital Durand, Francisco Dadic, director de Toxicología Hoy.

El médico, sin embargo, dice que para eliminar un dosaje de 0,5 gr/l de alcohol en sangre son necesarias unas seis horas y el tiempo mínimo de recuperación para una borrachera profunda, superior a ocho. “El mensaje es que no se debe tomar alcohol, no debe haber especulación porque se entra en un terreno difuso”, aclara.

El agua

El agua, aunque no acelera la metabolización, ayuda a mitigar los efectos del alcohol. “El alcohol es diurético, facilita la deshidratación, por eso el agua ayuda a combatir eso, a beber menos porque no hay deshidratación. El alcohol produce sed y el agua te la saca, entonces consumir agua provoca saciedad y se deja de tomar alcohol”, informa Damin.

El alcohol se considera una sustancia psicotrópica y psicoactiva que según los niveles de concentración provoca euforia, y excitación, trastornos visuales, problemas en la articulación de las palabras, somnolencia, adormecimiento, pérdida de reflejos y memoria temporal, trastornos en la coordinación y, en los cuadros más graves, coma, hipotermia o hipoglucemia. A nivel conducción a todo esto hay que sumarle las alteraciones de la percepción de la distancia, la reducción del campo visual y el aumento a la sensibilidad a la luz.

“Si se conduce con una alcoholemia superior a 0,5 se triplica el riesgo de un accidente, pero eso no quiere decir que en niveles más bajos no haya efectos en el cuerpo. Mucha gente dice que puede manejar bien tomando alguna copa, pero no se conduce de la misma manera, hay deterioro”, sostiene el neurólogo Andersson.

“El alcohol complica la atención, disminuye la resistencia a la monotonía y la coordinación motora lo que incrementa el riesgo a los accidentes. El tiempo de frenado se va alargando notablemente, es lo que más se puede notar, también la coordinación viso motora, lo que permite esquivar obstáculos”, advierte al enumerar las consecuencias más graves.

En la aprobación de la ley bonaerense quedó expuesto que el alcohol está presente en uno de cada cuatro siniestros viales y es la principal causa de muerte en menores de 35 años, según datos del Observatorio de Seguridad Vial del Ministerio de Transporte bonaerense. Cifras que, con matices, se replican en todas las jurisdicciones del país.

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