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Juegos Olímpicos Tokio 2020: los Leones aseguraron la clasificación a los cuartos de final y la defensa del oro de Río 2016 está intacta

En la última fecha del Grupo, se impusieron a Nueva Zelanda por 4 a 1; solo les servía ganar en la última fecha y consiguieron el objetivo.

 Los Leones siguen en carrera. Con una cuota de sufrimiento y, cómo no, con un gran amor propio para que la chance de defender el oro de Río 2016 permanezca intacta. La victoria por 4 a 1 sobre Nueva Zelanda significó el tercer puesto del Grupo B y la clasificación a los cuartos de final. Su rival será Alemania, 2° del Grupo A, que venció 3 a 1 a Holanda. Era el momento de destaparse con goles, de quitarse esa mochila. Y la noche terminó de la mejor manera, con los jugadores abrazándose, felicitándose por la autoridad con la superaron un desafío a todo o nada. Así, el hockey sobre césped argentino se mantiene vivo en Tokio 2020, porque las Leonas también ya garantizaron su presencia en etapas decisivas.

“¡Volvimos!, ¡Volvimos!”, fueron las primeras palabras de Carlos “Chapa” Retegui, el head coach argentino que acompaña al DT Mariano Ronconi, luego del pitazo final. Y luego, el momento de la clásica arenga, pero a los gritos: “Todavía no ganamos nada. A un partido de una medalla. ¡A un partido de volver a jugar por una medalla!”

Después de la victoria ante Japón (2-1), el empate frente a España (1-1) y las derrotas con Australia (5-2) y la India (3-1), la Argentina llegaba obligada a ganar en la última fecha. Horas antes, el imprevisto empate de los españoles ante los australianos frustró la posibilidad de que un empate ante los neocelandeses sirviera para la clasificación a la siguiente etapa. No había ninguna chance de especular, si no que había que lanzarse decididos a la victoria.

La recuperación tras arrancar en desventaja

No fue sencillo el comienzo, más allá del dominio inicial: a un minuto de concluir el primer cuarto, Kane Russell anotó el 1 a 0, en la primera ocasión de córner corto. Urgía una reacción y llegó cuando faltaban apenas segundos para el cierre del período, después de un disparo de Lucas Martínez. Un golpe fundamental para restablecer la confianza y agregarle una preocupación al oponente, que sí tenía como posibilidad avanzar de ronda con la igualdad.

Lucas Vila, de desvío, colocó el 2-1 al minuto y medio del segundo cuarto y entonces trasladó toda la preocupación a Nueva Zelanda, que se estaba quedando afuera de los Juegos. El negocio seguía consistiendo en lastimar con largos tiros al corazón del área; los delanteros argentinos quedaban apretados y bajo presión, circunscriptos no mucho más allá del mediocampo y se necesitaban esos profundos envíos. Pero hasta la primera mitad, la posesión y las penetraciones al círculo provenían mayormente del lado argentino. “¡Para adelante, no se metan atrás!”, rogaba el head coach Carlos Retegui, pero el manejo de la bocha de los oceánicos impedía cualquier despliegue a lo largo del equipo.

A los 6 minutos del tercer cuarto, el capitán Blair Tarrant recibió una amarilla tras derribar a Matías Rey y enseguida llegaron dos nuevas posibilidades de córner para Argentina que pasaron de largo. Todo se volvió muy pensado, demasiado táctico. Los dos se jugaban demasiado. En ese interín, una mala noticia para el conjunto nacional, que perdió su chance en el video referal por un pedido de una falta dentro del círculo que no prosperó. Pero después de esos momentos de incertidumbre y nerviosismo, el gol de córner corto de Leandro Tolini llegó en el momento justo para conseguir una diferencia un poco más tranquilizadora, a falta de 1m55s para el final de ese período.

La defensa de la Argentina se volvió estoica en el último cuarto: dos córners cortos salvados y conteniendo los embates en cada centímetro de la cancha, pero también jugando con las urgencias de Nueva Zelanda. El equipo nacional estaba arrinconado, los Black Sticks atacaban por todos los flancos y solo cabía la posibilidad de buscar un contraataque y ganar tiempo y oxígeno ante el agobio constante.

Ya a seis minutos del final, Nueva Zelanda quemó las naves y decidió sacar al arquero. Arriesgó el todo por el todo, mientras la Argentina procuraba tener la pelota lo más que se pudiera, reteniéndola sobre la línea y llevándola a un rincón. El broche ideal fue el gol de Nicolás Keenan a 44 segundos del final, después de recibir el flick de Pedro Ibarra y definir con el arco libre. Allí, entonces, llegó el desahogo final y la posibilidad de mantener el sueño intacto. El campeón apareció.

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