Los cambios en las reglas, protocolos y las modificaciones del torneo más importante del continente americano que comienza mañana.
La Copa arranca desde el lugar en que quedó: con la tercera de las seis fechas de la fase de grupos. Luego, sorteo mediante, vendrán los octavos de final y los cuartos; y, ya en 2021, las semis y la final única. Se mantiene el formato de ida y vuelta y no se tomó el modelo europeo de definir el torneo en una única ciudad (como fue la Champions League, en Lisboa). Once partidos para alcanzar la gloria eterna: será en el Maracaná de Río de Janeiro, allá por fines de enero, con River, Boca y Racing soñando con llegar, y con Defensa y Tigre para dar pelea.
Como diría nuestro colega Demián Meltzer, de Olé, la vuelta a competir no se resolvió de un día para el otro. La Conmebol lleva el mismo tiempo de pandemia planificando un regreso responsable, coordinando los esfuerzos de las diez asociaciones miembro, y anteponiendo la salud. Convocó a especialistas (médicos, infectólogos, preparadores físicos, autoridades sanitarias…) de Sudamérica y de Europa para armar un «Protocolo de Operaciones y Recomendaciones Médicas para Entrenamientos, Viajes y Competiciones»; documento que fue aprobado por los ministros de Salud de cada país y que el propio Alejandro Domínguez expuso en una Cumbre del Mercosur.
Hubo un impulso económico: 95.500.000 dólares de anticipo a los clubes y a las asociaciones para asistencia sanitaria y logística. También hubo desavenencias: cuando dos meses atrás el Consejo de la Conmebol propuso el 15 de septiembre como fecha de reinicio, la AFA alzó su voz en contra. Desde entonces, siete países reiniciaron sus ligas. Faltan Argentina, Bolivia y Venezuela, aunque todos los gobiernos aprobaron las normas sanitarias: hay protocolos para todo y todos. Entrenamientos. Viajes y traslados. Hoteles. Partidos. Planteles. Árbitros. Autoridades. ¡Hasta para los alcanzapelotas! Los hinchas, por ahora, la mirarán por televisión.
Será necesario testearse antes de jugar y antes de viajar. Como ya lo hizo Boca este domingo. Y tomarse la temperatura a cada momento: personas con más de 37.4 °C no serán admitidos para entrenamientos ni partidos. Habrá burbujas sanitarias de 72 horas máximas de permanencia para los equipos visitantes, con un permiso especial de entrar, jugar e irse, sin obligación de hacer cuarentena.
No así los jueces: son de naciones limítrofes y se instalaron dos semanas antes en el país en el que van a dirigir, para cumplir con la cuarentena. Y se quedarán allí hasta que termine la fase de grupos, a fines de octubre.
Una junta médica creada especialmente se ocupará de la actualización de los protocolos, de su cumplimiento por parte de los 32 equipos y de evaluar los positivos que puedan aparecer -porque aparecerán, seguro-.
También se implementaron cambios reglamentarios. Se ampliaron las listas (de 30 a 40 jugadores primero; y último momento, de 40 a 50), para eventuales brotes de Covid-19 en un plantel y por posibles lesiones producto de la inactividad extra large. En la misma línea, se adopta la regla de cinco modificaciones por equipo por partido, para favorecer la rotación de los jugadores durante los 90′.
El largo parate además trajo otras modificaciones. Para esta instancia, los clubes pudieron modificar cinco jugadores en la lista -además de los diez agregados-. Y podrán volver a a cambiar otros cinco en octavos. Y algo más: los futbolistas pueden cambiar de equipo y seguir compitiendo en la Copa para su nuevo club, algo que antes no estaba permitido. Esta regla aplica hasta semis inclusive.
La camiseta no se cambia
También hay cuestiones a cumplir acordes a la nueva normalidad: está prohibido escupir, saludarse, besar la pelota y abrazarse en los goles. Tampoco se permite el intercambio de camisetas. Tampoco regalarse banderines, gesto tan noble entre capitanes previo al partido. Sí se puede jugar, y eso ya es un gran paso.
Cargando ...
Agregue un Comentario