Tras calificar de “insensibles” a los funcionarios nacionales por las tarifas, ahora pretende culpar a la Nación y la provincia por las obras no realizadas o demoradas por su gestión.
Nadie sabe a ciencia cierta que pretende hacer el variopinto Intendente de Salta por estos días.
Si bien Gustavo Ruberto Sáenz tiene acostumbrados a los salteños a cambiarse de vereda política de manera permanente y de acuerdo a su conveniencia, por estas horas se encuentra sumido en la tarea de diferenciarse claramente del gobierno de Mauricio Macri.
El aumento de las tarifas, la crisis cambiaria y otros sacudones que sufre por estos días el gobierno nacional hicieron caer considerablemente la imagen del presidente Macri y Gustavo Sáenz no parece dispuesto a quedar pegado a ese declive.
“Sáenz solo los acompañará hasta la puerta del cementerio” dijo un analista político el pasado fin de semana al señalar las conocidas posiciones acomodaticias del Intendente salteño
Las frases “Los gerentes lamentablemente nos llevaron a esta situación” o “el Gobierno tiene la obligación de escuchar y reconocer los errores” fueron frases disparadas por Gustavo Ruberto Sáenz en su propio programa de radio durante la tormenta que sacudió al gobierno de Macri.
Este miércoles, el periodista Mario Peña deslizó en su radio, la misma en la que hace su programa Ruberto Sáenz, que hay malestar en el entorno del intendente capitalino por unas deudas que supuestamente mantiene Nación y Provincia con el municipio. Esto a pocas horas de la llegada de Macri a Salta
Ruberto Sáenz atravesó un mal momento hace pocas semanas cuando junto a Marina Klemensiewicz visitó las obras que La Municipalidad ejecuta en Villa Floresta con fondos nacionales. Allí el Intendente intentó sacarse responsabilidad por las demoras de las mismas frente a los vecinos y sutilmente intentó echar culpas a la Nación. Ni lerda ni perezosa Klemensiewicz salió al cruce y aclaró que los fondos prometidos habían sido enviados en tiempo y forma por lo que debían preguntarle a Sáenz el porqué de las demoras, ante el silencio total del Intendente.
Gustavo Ruberto Sáenz es hábil y un pragmático del oportunismo. Eso lo llevó a ser isista a ultranza, romersita, urtubeicista, massista y macrista, entre otras variantes en el trascurso de pocos años y sin ponerse colorado.
Tras la caótica y eterna obra del Corredor de la Fe hundida varias veces; con adoquines levantados otras tantas y convirtiendo al centro de Salta en intransitable por más de seis meses no está dispuesto a pagar más costos políticos, aunque estos hayan sido gestados por su propia torpeza.
A pocas horas de la llegada del Presidente de la Nación a Salta las “usinas periodísticas” de Ruberto Sáenz intentan instalar que las demoras en las obras prometidas por el Intendente que siguen sin aparecer; o las paralizadas o las nunca iniciadas tienen a un gran culpable: el gobierno nacional que no envía los fondos. También intenta cargar culpas en el gobierno provincial a quien acusa también de demorarle fondos.
Pero claro, nada dicen por ahora desde la Municipalidad de que Ruberto Sáenz demoró más de un año en confeccionar las carpetas técnicas de obras que tenían asignados fondos para solucionar los problemas de inundaciones que sigue sufriendo la ciudad. Tampoco dicen que las demoras obedecieron, entre otras cosas, a que de la Nación lo pararon en seco cuando intentó usar cientos de millones de pesos asignados para esas obras con contrataciones directas y tuvo que comenzar todo de cero. O que se hicieron adjudicaciones millonarias en los últimos minutos del año pasado en silenciosas y sospechadas licitaciones. Todas esas demoras hicieron que los fondos se devaluaran frente a la inflación y que ese dinero ahora no alcance para lo mismo que hace dos años cuando se lo asignaron y que no supo utilizar.
Por estas horas distintos sectores de Cambiemos ya miran de reojo al Intendente de Salta. O solo se trata de sacarse las responsabilidades de encima por sus negligencias cargándolas en la Nación y en la Provincia o prepara la pista para un nuevo despegue político con destino incierto. Quizás el nuevo giro político lo lleve a los brazos del “amigo” massista Luis Barrionuevo con quién se reunió el 12 de abril pasado.
Quizás se trató de un presagio político, ya que en esa oportunidad corrió a abrazarse con Barrionuevo minutos después de haber estado en la Quinta de Olivos con Mauricio Macri.
Las usinas hablan de que Ruberto Sáenz intenta por estas horas previas a la llegada de Macri mostrase duro u “ofendido” a ver si en la reunión de Cambiemos le dan el “lugar que corresponde” ya que parece estar molesto porque el anfitrión presidencial será Juan Manuel Urtubey y no él.
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