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Copa Diego MaradonaRiver ganó con los suplentes y ya piensa en el partido con Nacional, por la Libertadores

Zuculini pasó de una mano no sancionada en su área a ser clave en la del rival. Crédito: Pool Argra

El equipo de Gallardo superó 3 a 1 a Godoy Cruz en el Libertadores de América, por la última fecha de la Zona 6.

Bruno Zuculini, Julián Álvarez y Lucas Pratto, los goles “millonarios” (descontó Badaloni). Recuperó la contundencia y encontró variantes interesantes y algunos juveniles.

Fue un cierre ideal para River, después de un arranque con zozobras en la Copa Diego Maradona. A fin de cuentas, terminó puntero de su grupo después de aquel arranque cargado de dudas ante Banfield, justamente en este mismo escenario. Y aunque los titulares se reservaron para el mano a mano con Nacional, Marcelo Gallardo puede sacar buenas conclusiones de este duelo con Godoy Cruz. Recuperó la contundencia y encontró variantes interesantes en Bruno Zuculini, Fabricio Angileri y algunos juveniles.

Eso sí, el árbitro condicionó el partido con una jugada que podía haber cambiado el desarrollo. Y si no pudo ver la mano de Zuculini, al menos debió advertirla el asistente número dos. Fue la primera aproximación de Godoy Cruz al área de Enrique Bologna. En la jugada siguiente, como una cruel parábola del destino para los mendocinos, el propio Zuculini empujó al gol un centro atrás de Angileri. Fue clave Julián Alvarez en el comienzo de la acción porque recuperó la pelota y de la devolución de Lucas Pratto cambió de frente para la llegada del lateral.

River se puso rápidamente en ventaja y dominó el partido, pero enfrente encontró a un entusiasta rival. Muy a pesar de la diferencia de jerarquía individual, Godoy Cruz fue rápido y peligroso con alguna pelota larga, en especial sobre el sector de Jorge Moreira. Jugó al límite el equipo de Marcelo Gallardo, achicando en su última línea. Y cuando los mendocinos rompieron el offside, apareció Bologna para tapar los «mano a mano». Dos veces salvó el Beto, una ante Tomás Badaloni y otra frente a Valentín Burgoa.

El Muñeco estaba inquieto porque River generaba llegadas, pero le costaba dar la puntada final. Sin ir más lejos, la semana pasada convirtió en héroe a Bento, el arquero de Paranaense y apenas ganó por un gol. Para este sábado, el laureado entrenador eligió una formación alternativa con algunos retoques tácticos. A bordo de un 4-3-3 versátil, Zuculini mostró una versión muy parecida a la de sus inicios en Racing. Con mucha dinámica, recuperación y llegada al área.

Leonardo Ponzio ordenaba el medio y cuando tenía que retroceder para proteger a los centrales, lo hacía con mucho criterio. Ignacio Fernández intentaba ser la manija, pero River tenía mucha más fluidez en ataque cuando Nacho triangulaba con Alvarez o trepaba Angileri por la banda. Jorge Carrascal tuvo claroscuros, pero el colombiano fue decisivo en el segundo gol. Primero, recuperó el lateral mendocino, Carrascal habilitó a Alvarez, el pibe controló con la derecha y sacudió de zurda. Fue flojísima la oposición de Nelson Ibáñez. Era potente el disparo del cordobés, pero se filtró por debajo de su cuerpo.

El partido fue intenso, con mucho ritmo y llegadas en ambas áreas. Fundamentalmente, porque había espacios. En ese sentido, Godoy Cruz fue valiente. Lejos de especular con el recorte de circuitos para desarticular las virtudes de su ilustre adversario de banda roja, se animó al golpe por golpe, aunque tuviera menos material.

En el segundo tiempo, Diego Martínez mantuvo los once, pero soltó a Martín Ojeda y volcó a Burgoa sobre la izquierda. Y atacó de entrada. Entonces, encontró el gol gracias a un centro bárbaro de Damián Pérez y un cabezazo goleador de Badaloni.

Godoy Cruz tuvo el empate en los pies de Lomónaco, reemplazante del lesionado Tesuri, pero entre Bologna y Pinola le ahogaron el grito. Con pelotas cruzadas, los mendocinos complicaban al fondo millonario.

Ya estaban los chicos Beltrán, Simón y Montiel en lugar de Carrascal, Nacho y Moreira, de rendimientos dispares. Y justo cuando peor la pasaba River, Godoy Cruz se hizo el tercer gol solito. Leonel González le dio un pase atrás a Ibáñez, interceptó Pratto y definió al palo libre del arquero, que pareció desorientado.

Nunca pudo volver a levantar vuelo Godoy Cruz. Y River se respaldó en la frescura de sus jóvenes valores. Porque también entraron Rollheiser y Girotti. Sangre fresca para inyectar en este equipo que apuesta a los dos frentes.

River ya está clasificado para la zona campeonato del torneo local y la próxima semana comenzará la serie de cuartos de la Libertadores frente a Nacional, de Montevideo, el jueves 10 a las 21.30, en la cancha de Independiente (la que River le alquila al club de Avellaneda mientras arreglan el Monumental). La revancha será una semana más tarde (el jueves 17), en Uruguay. Dos partidos clave y una «fiesta Monumental» que se prepara para celebrar el recordado el aniversario de los dos años de aquel «9 de diciembre» de 2018 cuando obtuvo la más preciada Copa Libertadores, en el estadio Santiago Bernabéu, de Madrid, nada menos que ante Boca…

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