Policiales

Barrio ConvivenciaPolicías salteños arrojaron gas lacrimógeno dentro de una casa donde había un discapacitado

En otro caso de exceso policial, un joven perdió el ojo en una represión.

Una vecina de barrio Convivencia denunció un explicable y violento operativo policial.

“Estaba mi hijo mirando y por corretear a otro muchacho entraron, reventaron la puerta, y entraron hasta el fondo. Hicieron asustar a mi hijo y a mi nieto. Me rompieron la puerta

Tiraron gas lacrimógeno, tuvimos que sacar a los chicos para que pudieran respirar”, contó la mujer a Telefé Salta.

La mujer expresó su gran molestia, por la puerta y porque los disparos pusieron en riesgo la vida de todos los que allí viven.

“Nos reventaron la puerta, con qué permiso. Le dije: ojalá que no tangás hijos o nieto. Ojalá te pase lo mismo. Si se nos morían los niños, ellos no nos lo iban a devolver”, dijo. Acoptó: Entraron sin órden de allanamiento… Tiraron balas por todos lados y se fueron como si nada… Yo quiero que me devuelvan la puerta”, dijo.

Joven al que dispararon. Foto Cuartopodersalta.com.ar

La semana pasada, 50 familias de los barrios Unión y 17 de octubre se asentaron en terrenos fiscales, para exigir la entrega de lotes. La policía desalojó por la fuerza la toma y esa noche resultó herido Carlos Johnatan Ávalos, de 24 años: una vala de goma destrozó uno de sus glóbulos oculares.

Cuando le dispararon, tenía a su bebé en brazos.

“El jueves, tipo 7 u 8 de la noche, u n grupo de familiares del barrio decidioron tomar un terreno, que está llegando al río. Yo acompaé a mi señora, porque ella necesita un lguar para vivir y estuvimos un buen rato ahí. De repente, llegó la policía a reprimirnos. . yo en ese momento la tenía a mi nena en brazos, cuadno me doy vuelta de frente a la policía sentí un fuerte impacto en el ojo y sentí que se me apagó”, dijo el joven a Cuarto Poder.

Un miago lo llevó hasta el hospital San Bernardo. Sangraba mucho. Se desayó en el vehículo y se despertó en el hospital. Lo operaron, pero no pudieron salvar el ojo.

“Del ojo que tengo sano también me cuesta mirar”, dijo.

Cuando corrió, tras recibir el primer balazo, le siguieron disparando. Recibió otro en la espalda y uno más en la pierna.

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