La Cámara de los Comunes votó por 298 a 56 a favor de la moción del primer ministro, quien necesitaba reunir 434 votos.
Tercera derrota para el debilitado primer ministro Boris Johnson en menos de 48 horas y cuando no ha cumplido seis semanas en el poder. Los diputados le dijeron No a una partida sin acuerdo de la UE y sucesivamente no a su pedido de elección general anticipada para el 15 de octubre para elegir quien gobernará el reino porque la consideran “una trampa”. Por eso el partido laborista no presentó un voto de confianza que hubiera desalojado a Boris de su cargo.
La Cámara de los Comunes votó 298 contra 56 votos a favor de una elección general anticipada pero no consiguió los dos tercios que el gobierno necesitaba para hacerla: necesitaba lograr el apoyo de 434 diputados. También rechazó la moción que impide al gobierno irse de la Unión Europea sin acuerdo y le exige al primer ministro regresar a Bruselas a pedir una extensión de tres meses para seguir negociando. Los parlamentarios la ganaron por 327 votos contra 299 y una mayoría de 28, en una inédita alianza de laboristas, conservadores, liberales demócratas, verdes y nacionalistas escoceses.
Al conocerse los resultados, Boris Johnson dijo que Jeremy Corbyn era “el primer líder de la oposición que rechazaba una elección” porque creía que “no podría ganarla” y pedía que lo reconsidera en los días que vienen. El gobierno va a pedir probablemente una nuevamente una elección.
“Esta Casa no tiene otra opción que dejar al pueblo decidir quién es el primer ministro”, dijo Johnson, minutos después de su segunda derrota y antes de la tercera. ”Debe haber una elección el martes 15 de octubre. Pienso que es muy triste votar así. Es un abandono de las obligaciones”, dijo el primer ministro, que insistió que Gran Bretaña se irá el 31 de octubre de la UE y acusó a esta ley de ser “la rendición de Corbyn”.
Aunque llegó tarde a la sesión, el líder laborista Jeremy Corbyn dijo que ellos aceptaban la elección porque querían echar a este gobierno. “Pero antes pasaremos esta legislación, consigamos el asentimiento real y luego, vamos apoyar esta elección. El quiere cerrar ahora el Parlamento para evitar el escrutinio”, dijo el líder laborista, que acusó al proceso de “hipócrita” y denunció que Boris no tiene un plan de Brexit. ”Un movimiento cínico de un cínico primer ministro”, finalizó.
La diputada laborista Jes Philipps sintetizó el ánimo general: ”Yo no tengo ninguna fé en lo que el primer ministro dice” y “no tengo miedo de perder mi banca. Pero votaré en contra de esta elección”. Un concepto que compartió la líder liberal demócrata Jo Swinson: ”Johnson dice cualquier cosa y hace cualquier cosa” con tal de mantenerse en su cargo.
En otro extraordinario drama en la Cámara de los Comunes, el diputado laborista Hilary Benn redactó la moción que derrotó a Boris por segunda vez. Estuvo a cargo de las cuatro horas de debate ,luego que los parlamentarios votaran y ganaran el control parlamentario ayer en la moción SO24.
“Nosotros debemos asegurar la extensión del artículo 50”, dijo el diputado Benn a los Comunes. Su gran preocupación es que eso pueda significar que Gran Bretaña se vaya sin acuerdo.
El apoyo fue transversal a esta moción. Les costó su carrera en el partido conservador a 21 legisladores, que votaron en cada decisión con los rebeldes. Johnson los echó, los convirtió en inelegibles y les quitó el pase para entrar como torys a la Cámara de los comunes.
Uno de ellos es Philip Hammond, el ex chancellor de las finanzas de Theresa May, que confrontó a Boris. Llamó a los diputados a “actuar para evitar el dañino efecto de un Brexit sin acuerdo y será una catástrofe para Gran Bretaña”. Describió la remoción de los diputados conservadores como una “purga masiva”. Rechazó la denuncia de Johnson de que esta legislación reduce la capacidad negociadora de Gran Bretaña frente a la UE. También dijo que todos sus fuentes coinciden en que “no hay ninguna negociación con la UE”, a pesar de las declaraciones del primer ministro.
Sir Nicholas Soames, nieto de Churchill, diputado tory expulsado, con lágrimas en los ojos, dijo frente a sus pares en la Cámara de los Comunes que “la seria deslealtad de Boris Johnson es una inspiración para muchos de nosotros” y llamó a votar a favor de la moción transversal que le costó su carrera política.
La brutal purga contra sus propias filas se va a convertir en un boomerang para Boris. La fractura del partido conservador fue pronosticada desde que los euroescépticos intentaron dividirlos en los últimos 30 años. Ahora ha quedado claro para los conservadores que “un voto por los torys es un voto por el Brexit”. Aunque la debilidad en la que ha quedado Boris impida predecir hasta cuándo va a durar en su cargo. Pero los torys moderados están en un partido que ya no reconocen. Los torys ahora piden a Boris que despida a Dominic Cummings, su jefe de estrategia, que maltrató el martes a los legisladores convocados en Downing St o pedirán la acción del Comité 1922,
En el debate en los Comunes, Sir Keir Starmer, el laborista secretario en las sombras del Brexit, confirmó que el gobierno de Boris Johnson “está lejos de cualquier acuerdo con la UE”, más allá de sus aseveraciones. El laborismo no va a apoyar la propuesta del gobierno de convocar a una elección por el momento y hasta que la legislación para impedir una salida sin acuerdo esté lista.
Al primer ministro británico le queda una remota posibilidad para frenar la ley. La reina Isabel debe consentir la ley, tras ser aprobada por las dos Cámaras. No hay un tiempo para que lo firme pero el gobierno puede rechazar que lo haga. Aunque esta decisión sea dinamita constitucional.
El Consejo Europeo, que reúne a los jefes de estado de la UE, debe reunirse el 17 de octubre para discutir el Brexit. Boris pretende conseguir allí un acuerdo en que sus pares legisladores no creen y cuando Europa sostiene que no hay negociaciones. En la Comisión Europea se preparan para extender el plazo de negociación.
Con su derrota en el No Acuerdo y sin elección general, Boris queda sumergido en una profunda crisis. El referéndum para destrabar el Brexit es la única opción doméstica. El otro es retirar unilateralmente el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que dio origen al inicio del divorcio del Brexit. En ese caso, Gran Bretaña no se iría de Europa, al menos por ahora, para poder iniciar más tarde una negociación sin la toxicidad de la actual y sin las actuales auto impuestas líneas rojas. Será un acto unilateral, que no necesita la aprobación de Bruselas.
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