Se trata de una beba de un año y siete meses de la comunidad wichi Cañaveral que murió el lunes. Mientras que el martes murió beba de un mes perteneciente a Misión La Paz.
Con las dos últimas muertes suman siete los niños de comunidades aborígenes fallecidos en Salta en los últimos dos meses. El gobierno de Urtubey volvió a negar la desnutrición como causa de los decesos.
El primer caso se trata de una beba de un año y siete meses de la comunidad wichi Cañaveral en Santa Victoria Este que murió el lunes. Como ocurre siempre con estos casos, el gobierno de Urtubey volvió a negar que se trate de desnutrición y atribuyó la muerte de la niña a un cuadro de deshidratación.
Mientras que el martes murió otra beba de un mes de vida perteneciente a la comunidad originaria de Misión La Paz. La negativa del gobierno a habar de desnutrición se repitió en este caso y el gobierno atribuyó el fallecimiento a un cuadro de bronquiolitis, según lo que informó la gerenta del Hospital de Santa Victoria Este, Marcela Quispe.
Según la médica, la beba de Misión La Paz, Silvina Juárez, que tenía poco más de un mes de vida, llegó al Hospital el martes en la madrugada. En su caso, al parecer contaba con un problema respiratorio (una bronqueolitis) que la llevó al deceso. La nena había nacido con atención hospitalaria y “estaba en peso”, dijo la médica al ser consultada por el caso en particular.
Por otra parte, la niña de Misión Cañaveral, Alexandra Jazmín Chico, tenía un año y siete meses. Según surge de la historia clínica expuesta por Quispe, la nena habría ingresado al Sistema de Salud unas siete veces. La gerenta indicó que por las vacaciones se trasladó con su madre a Paraguay, en donde comenzó con vómitos y diarreas. “Estaba en riesgo de bajo peso”, dijo Quispe, aunque negó que la nena haya estado desnutrida.
La madre es también una niña de solo 14 años. La beba fue atendida por un agente sanitario pero llegó ya en mal estado general y deshidratación grave, por lo cual falleció a los 30 minutos de haber ingresado al Sistema de Salud.
Abandono, negligencia y corrupción
La noticia vuelve a golpear duramente a los salteños ya que hace pocas semanas murió otro niño del norte de la provincia.
Como lo hace siempre, el gobierno de Urtubey niega sistemáticamente que las causas de la muerte de niños sea la desnutrición, aunque todos los indicios llevan a ese terrible flagelo.
Las sospechas de que se esconden los verdaderos motivos de las muertes crecen cada vez más en el norte provincial basados en algunos testimonios que en otras oportunidades dejaron mal parados al gobernador y sus funcionarios, cuando tras intentar esconder la desnutrición, fueron desmentidos o por familiares de las personas muertas o por médicos.
Lo cierto es que el abandono de esa zona por parte de Urtubey y su gestión sigue sembrando de muertes, particularmente de niños, nuestra provincia.
Mientras tanto nadie da, ni pide explicaciones del sospechado y millonario agujero negro del Fondo de Reparación Histórica que manejó el hermano del gobernador, Rodolfo Urtubey, que tiene cerca de $500 millones sin aparecer, cerca de ochenta obras sin terminar y otras treinta que nunca empezaron.
La muerte de niños es la consecuencia que deja la corrupción que se sospecha en millonarias obras de agua en la zona norte de Salta donde mueren los chicos, licitadas y pagadas por el gobierno de Urtubey hace más de tres años y que nunca las hicieron.
Las obras de Mega
Mega SRL pertenece a Carlos Berruezo, un hombre doblemente vinculado al Grand Bourg: es el hermano de Analía Berruezo, ministra de educación; y amigo personal de otro hermano del gobernador Urtubey, Facundo, quien, hasta hace poco aparecía en la página oficial del gobierno provincial como presidente Ad Honorem de la Agencia de Promoción de la provincia que depende directamente de la gobernación.
Mega es una de las empresas que más llaman la atención por los anticipos financieros del Fondo de Reparación Histórica que manejo el hermano del gobernador, Rodolfo Urtubey. Entre los proyectos que le adjudicaron está la nueva planta depuradora de Hipólito Yrigoyen. El contrato se firmó a fines de 2012 por un monto de $6.528.667. El 19 de abril de 2013 -el mismo día en que recibió el adelanto del 30% por los pozos de bombeo que no se ejecutaron en Solazuty y Río Blanco- Mega cobró un anticipo de $1.958.603 por el sistema de tratamiento cloacal de Yrigoyen. Esta obra tampoco se inició.
En igual situación quedó el sistema de abastecimiento de agua de la comunidad de Angosto del Paraní (Orán). Esa obra, presupuestada en $1.500.000, figura en los cuadros del FRH con cero de avance físico, pero con el 30% del monto total de los trabajos adelantado a Mega. En este caso, los registros oficiales no tienen precisados los montos de la contratación y del anticipo financiero que recibió la firma, como tampoco la fecha en que se liquidó ese adelanto.
La misma contratista tiene cobrado el 63,73% del valor que cotizó por la planta de tratamiento de líquidos cloacales de Pichanal, pero solo ejecutó el 48,18% de los trabajos, que no registran avance alguno desde el 2 de noviembre de 2015.
Por la planta de tratamiento cloacal de Colonia Santa Rosa, Mega recibió pagos equivalentes al 39,49% del valor de las obras, pero solo ejecutó el 13,56% y los trabajos no tienen avances certificados desde el 1 de diciembre de 2014.
Empresas y municipios
Hay otras empresas y municipios en situación similar. Las comunas de Salvador Mazza, General Mosconi, Tartagal, San Ramón de la Nueva Orán, Pichanal, Aguas Blancas y Rivadavia Banda Sur recibieron adelantos del 30% por obras de agua, cloacas, desagües pluviales, ampliaciones hospitalarias y otros proyectos que figuran en los registros del FRH con cero de ejecución física.
El Fondo de Reparación Histórica
El FRH que fue manejado por el hermano del gobernador y hoy senador nacional, Rodolfo Urtubey, se creó a través de un endeudamiento internacional de 185 millones de dólares en noviembre de 2011.Preveía la ejecución de 175 obras en San Martín, Orán y Rivadavia entre 2012 y 2015.
Hoy, con los plazos vencidos, 62 obras siguen a medias y 28 ni siquiera empezaron a construirse y hay un agujero negro cercano a los $500 millones del que nadie da ni pide explicaciones.
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