Opinión

AnálisisMauricio Macri alinea los planetas para evitar saltar al vacío

Por Carlos Pagni

 

 

 

A continuación sus principales conceptos:

  • Estamos ante un espectáculo en el que los distintos actores de la clase política discuten su propuesta para retener o conquistar el poder.
  • En este contexto, es interesante ver cómo Mauricio Macri defiende y sostiene su candidatura. Esto está disimulado por el marketing, por el discurso oficial y, muchas veces, por el propio discurso del Presidente. Macri aparece como alguien ajeno al poder, que viene de afuera de la política y es casi una víctima de la política que viene a redimir a la política con una lógica proveniente del mundo deportivo y empresarial.
  • Hoy vemos, cada vez con mayor claridad, a un Macri con una enorme voluntad de poder político, con una defensa a su continuidad que se potencia cuanto más desafiada está esa voluntad. En los últimos días, en esta pelea le está yendo bastante bien: se sostiene con bastante habilidad por méritos propios, porque algunos astros se le han alineado y, sobre todo, por deficiencia de sus competidores o de sus desafiantes.
  • Macri debe defender su candidatura porque la posibilidad de que sea reelecto -que era altísimo- fue puesta en tela de juicio en los últimos meses.
  • Había un axioma, independiente de la experiencia, que se imponía como una verdad escrita en el cielo y que no era afectada por el éxito de su política económica: en cualquier contexto, nunca iba a perforar el piso del 35% que obtuvo en la primera vuelta electoral de 2015. Esa regla se estaba cumpliendo hace aproximadamente dos meses pero se quebró y su candidatura perforó ese piso.
  • Hubo dos razones, que están entrelazadas, que hicieron que se quebrara esta lógica. En primer lugar, el comportamiento del dólar, es decir, la inestabilidad cambiaria porque en la Argentina el dólar es no es solo una variable financiera sino que es una señal de gobernabilidad y de previsibilidad económica. Ligado a esta variable, está el ascenso de la inflación. La pareja dólar-inflación puso en tela de juicio la consistencia de Macri como candidato.
  • Este quiebre hizo juego con otro axioma que también se quebró. Era la idea de que el repudio político y, si se quiere moral, a la figura de Cristina Kirchner iba a hacer que, cualquiera fuera el clima económico en el país, ella nunca iba a atravesar el techo que le permitiera ganar en un ballottage. Eso también se puso en tela de juicio.
  • Esto no quiere decir que Macri esté condenado a perder y, mucho menos, que Cristina esté condenada a ganar, pero son dos columnas sobre las que se organizaba la vida política que ahora están frágiles.
  • Esta vulnerabilidad de Macri se vuelve especialmente relevante dentro de Cambiemosporque es una coalición con culturas políticas muy distintas donde hay un partido el Pro, que es prácticamente macrismo, y otro, que es el radicalismo , que ya ni siquiera sigue a una persona porque el último líder personal que tuvo fue Raúl Alfonsín , que murió hace 10 años. Entonces estamos hablando de un partido horizontal sin un líder claro que adhiere a una coalición que, en otro partido, tiene a los seguidores de un líder que es Macri porque es muy difícil ser del Pro y no ser macrista. En esa coalición también está Elisa Carrió que es casi un partido en sí mismo, con una agenda muy peculiar de agitación.
  • Cambiemos se formó bajo la regla del «vamos todos detrás del que gana», el problema es que ahora el que ganaba ya no gana o es dudoso su triunfo. Esto se potencia si se tiene en cuenta que se trata del Presidente de la Nación (es decir, la cara del oficialismo) porque es la dimensión del éxito o el fracaso de una experiencia de gobierno. Estamos viendo cómo Cambiemos intenta resolverlo delante de todos nosotros.
  • Si medimos su solidez como candidato en base a las variables dólar e inflación, Macri tiene derecho a pensar en una mejoría y a pedir tiempo para resolver quién va a ser el candidato de esta coalición y, en el fondo, pretender seguir siendo él, que sería la situación más natural. Corregir su candidatura por otra es dar un salto al vacío. Es una pirueta extraordinariamente compleja.
  • ¿Por qué tiene derecho a pensar en la reanimación de su proyecto de poder? En primer lugar, porque el dólar parece haberse serenado. Acá hubo un click en el comportamiento y, probablemente, en la instalación emocional de Macri en esta escena cuando el Gobierno consiguió, por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), poder de fuego y utilización de reservas para defender la cotización del peso y su paridad con el dólar ya no en el techo de la banda, sino dentro de ella. Esto significa que el Gobierno tiene ahora mayores instrumentos de intervención sobre el mercado para defender una determinada cotización electoral.
  • Una vez que Nicolás Dujovne consiguió -de Christine Lagarde y David Lypton (que es con quien tiene que negociar el ministro de Hacienda con mayor firmeza)- ese recurso, muy probablemente Macri haya respirado por la dependencia que hay entre su candidatura y el dólar.
  • En segundo lugar, está la inflación. Hay una correlación directa entre el comportamiento de los precios y su candidatura: suben los precios, cae Macri. En la última medición, en base a los precios de abril, la inflación se mostró hacia abajo pero habrá que ver cómo se da la medición de los precios de mayo, que se conocerá pocos días antes de la inscripción de candidaturas (el 22 de junio). Es probable que el Indec revele esta cifra el 15 de junio.
  • Resta por responder a una pregunta que en el Gobierno se la hacen poco; se la hacen más los radicales: ¿qué impacto tiene la recesión sobre la salud electoral del Presidente?
  • Macri debe también rendirle un homenaje secreto a Cristina Kirchner porque uno de los riesgos que tenía el Gobierno es que dada vuelta la baraja de Unidad Ciudadana y, conocida la candidatura de Cristina como oficial, la sociedad saliera a comprar dólares. La oposición automática con la expresidenta fue una estrategia invulnerable, confiable y con poco riesgo hasta el 24 de abril de 2018. Ese día empezó la crisis cambiaria y la polarización con Cristina empezó a ser riesgosa.
  • La estrategia de asustar al público con la posibilidad de que volviera Cristina producía un efecto negativo sobre las finanzas del propio Gobierno porque hacía que la gente fuera a comprar dólares. Ahora Cristina dijo que no juega directamente, que se enmascara detrás de Alberto Fernández y que irá a un gobierno más moderado en lo financiero.
  • Dicen los que saben y conocen el cerebro y el corazón de Cristina que decidió no ser candidata a presidenta por la idea de que el próximo gobierno, si es kirchnerista, va a dar la impresión de que traiciona el legado de los primeros y segundos gobiernos kirchneristas (el de Cristina y el de Néstor). El próximo gobierno debería, necesariamente, llevar adelante un gobierno de ajuste y traicionar lo que parecería una experiencia populista exitosa, que es la que terminó el 10 de diciembre de 2015.
  • Macri debe agradecer esto porque pareciera que para el mercado una eventual presidencia de Alberto Fernández sería menos traumática, abismal y riesgosa que una eventual presidencia de Cristina. Y esto que puede tener consecuencias negativas en el futuro, tiene consecuencias beneficiosas para Macri en el presente. De hecho sabemos que va a ser candidata a vicepresidenta y el dólar no se movió. Esto Macri se lo tiene que agradecer a la candidatura de Alberto Fernández.
  • Todavía no hay ninguna encuesta seria que mida con rigor la recepción del electorado a la figura de Alberto Fernández que, en principio, es un experimento porque no es natural que el líder vaya en el segundo lugar y ponga de candidato a presidente a un operador político, acostumbrado a la maquinaria burocrática de la política, donde se mueve como un pez en el agua, pero que no necesariamente representante a la sociedad.
  • El hecho de que a nadie se le haya ocurrido esa fórmula no es una señal de que sea una brillante idea, sino que podría ser disparatada o mala. En política, los experimentos que no se le ocurren a nadie no son necesariamente exitosos y, en general, fracasan. Habrá que ver si Alberto Fernández tiene las condiciones para vencer esta lógica y sobreponerse a ella. Ya demostró que está dispuesto a cambiar una serie de cosas pero no una esencial: lo institucional. Arrancó su campaña presionando a los jueces y amenazándolos diciendo que van a revisar los contenidos de sus sentencias.
  • Su campaña se está diseñando. Quien le presta el departamento, que es Enrique «Pepe» Albistur, es su jefe de campaña. Están mirando el diseño general de ese proselitismo, su estética, su color y su tono. Además, deberá tomar una decisión (que habrá que ver que peso tiene) sobre la autodeliberada determinación de Cristina Kirchner de eclipsarse detrás de Fernández y casi no aparecer, es decir, aparecer con cuentagotas, diciendo determinadas cosas que no dañen la aparenten autonomía del candidato.
  • Hay otro beneficio de Macri por lo que se le están alineando los planetas. La candidatura de Roberto Lavagna no crece y algunos incluso sostienen que se retrae. Esto es importante porque es un candidato cuya aspiración es hablarle al electorado de Macri, no al de Cristina. Probablemente la estabilidad de dólar y la posibilidad de que la inflación vaya a la baja son los factores que hacen que Lavagna no despegue. Está esperando que esa evolución se produzca y quizás espere que la recesión sea más corrosiva y mine de manera más eficiente el poder electoral de Macri. Por eso no quiere ir a una Primaria, sería medirse en agosto cuando esa fecha es muy temprana para definir cómo es él como candidato. Quiere evitar que lo descarten en las PASO para llegar a octubre porque considera que ese será su mejor momento.
  • Lo cierto es que ahora Lavagna mide muy poco y eso genera una complicación para quienes le pedían a Macri que abra Cambiemos y que vaya a una primaria con alguien de afuera de la coalición porque ese alguien de afuera todavía no aparece como alguien sólido capaz de ir a discutirle una Primaria al Presidente. Esta es otra condición ambiental muy favorable a Macri: todavía no apareció otra figura en el horizonte de la política interesante, novedosa, fresca y sorprendente, que ofrezca un horizonte de futuro, que tenga un discurso articulado, que le hable a su electorado y que sea capaz de sacarle base política.
  • Esas figuras todavía no terminaron de salir del cascarón como Juan Manuel Urtubey ;Sergio Massa , que está en una especie de retrocarrera y tiene que revertir lo que ha caído desde 2015 hasta ahora; o Lavagna, que proviene de otra generación y si bien puede reciclarse en esta escena, viene de otra escena.
  • Estas son condiciones favorables que se dan a su alrededor en medio de una política económica que lo daña. Esta es una de las razones por las cuales, si uno hipnotiza a los dirigentes radicales que decían que la alternativa a Macri era ampliar la coalición con Lavagna, ahora estarían más dispuestos a pensar en el reemplazo de Macri por María Eugenia Vidal , y hasta sueñan con una fórmula de ella con Martín Lousteau.
  • Lo que sucede es que reemplazar a Macri por cualquier candidato de Cambiemos es una operación de altísima complejidad porque es una especie de confesión de fracaso que terminará de contaminar a ese candidato, que necesariamente sería oficialista.
  • Se corre el riesgo de que, en el esfuerzo de diferenciación de ese candidato con la Casa Rosada, empiece una discusión entre el comando de campaña y la Casa Rosada que convierta al candidato en una especie de arrepentido y eso le sume votos al rival. Algo de eso sucedió en la convención radical donde algunos discursos parecen estar más cerca de la oposición que del oficialismo.
  • Lo más probable es que, si bien muchos creen que está deteriorado y con alto riesgo de perder, el candidato sea igualmente Macri, que aún tiene posibilidades de ganar. Muchos de los que creen esto son del círculo más cercano a Macri y están haciendo negocios en este momento, cuestión que se puede ver, por ejemplo, con el juego en la provincia de Buenos Aires y en la Capital. Daría la impresión de que hay amigos de Macri que quieren quedarse con negocios ahora por si esto se termina. Hay parientes de Macri, como Ángelo Calcaterra , que están extraordinariamente ansiosos por sus causas judiciales. Esto se ve reflejado en el disparate que ocurrió con la causa Odebrecht, el soterramiento del Sarmiento y el arrepentido Manuel Vázquez para terminar rápido con esas peripecias judiciales antes de que el Gobierno termine.
  • La circunstancia de Vidal es un problema en sí mismo. Está muy desafiada por la fórmula Fernández-Fernández, que es posible que no llegue a la Nación pero que muy probablemente hará una gran elección en el mejor escenario para ese movimiento que es la provincia de Buenos Aires.
  • Hoy Cristina Kirchner dio vuelta otra carta y compartió una foto de Axel Kicillof con la intendenta de La Matanza, Verónica Magario . Esta parece ser la fórmula que quiere para la provincia de Buenos Aires y, si la quiere ella, es muy difícil que alguien se la pueda discutir. Esta fórmula tiene muchas peculiaridades: las encuestas muestran que Kicillof es una réplica perfecta porque es el candidato que más retiene los votos de Cristina y lo saca de la posibilidad de ser ministro de Economía y esto es celebrado por quienes leen la política futura desde el mercado. Sin embargo, es una mala noticia para los intendentes del conurbano que no quieren que Kicillof «vaya a mirarles sus cosas». No se puede decir que Kicillof roba y esa convivencia es un problema para los intendentes sospechados.
  • Esta es una fórmula muy competitiva que pone a Vidal en la encrucijada de preguntarse cómo puede hacer para estimular el corte de boleta que necesita para que la gente que no elija a Macri la elija a ella. Ese corte es difícil de producir salvo que se institucionalice, por eso piensan en «colgar» la candidatura de Vidal a las figuras no solo de Macri sino también de Massa o de Urtubey, calculando que Massa ya no tenga lugar en el kirchnerismo.
  • En el fondo, Massa cree que Cristina puede no competir y que le pueden dar la oportunidad de ir a una interna. Si a Massa se le cierra la avenida hacia el kirchnerismo y se le cierra también con Kicillof la opción de ir como candidato a gobernador de la fórmula K, si es candidato a presidente tendrá que buscar un candidato a gobernador y ahí la podría preferir a Vidal. La pregunta es, ¿Macri permitirá esto?
  • Esto se debe estar discutiendo en el laboratorio de Marcos Peña, que es el custodio de la candidatura de Macri.
  • A Macri se le pueden alinear los astros porque la economía no está tan mal, porque a los otros les va peor y porque tal vez Cristina se equivocó con la candidatura de Alberto Fernández; pero… ¿alcanzará con el discurso del Gobierno? ¿Las ideas que hay en la cabeza de Macri y su equipo son las que está mostrando o aparecerán nuevas promesas, explicaciones y un nuevo horizonte? ¿Alcanzará con las obras? ¿Cuál es la vitalidad intelectual, política y emocional de Macri para sostener su candidatura?

Fuente La Nación

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