Hay dos obras “en marcha” en la ciudad de Salta las cuales están generando malestar por parte de los vecinos, peatones, conductores y transeúntes ante las demoras que están presentando las mismas en su concreción.
La primera de éstas se trata del arreglo en calle Ituzaingó, afuera del mercado San Miguel entre calle Urquiza y avenida San Martín. En ese lugar se encontraron meses atrás los antiguos durmientes del tranvía – o tranway – que supo funcionar en la Salta de antaño, los cuales fueron retirados y se prometió una puesta en valor del lugar.
Pese a la palabra dada desde el municipio de la concreción de la obra, su puesta en valor y rescate de los durmientes, la obra no muestra avances y el malestar se hace mayor, como así las dificultades para pasar por esa calles que, además de su demanda, ha quedado reducida a media calzada.
Vale mencionar que, si bien se trató en su primer momento de una obra de bacheo, ahora se había planificado una puesta en valor de esa calle con luces, bancos y otros atractivos para rescatar la zona como la historia del viejo tranvía.
La otra obra que ahora está comenzando a causar enojos por los vecinos es la del puente Vélez Sarsfield, que también se encuentra a media calzada desde hace varias semanas y el tránsito se ha vuelto muy dificultoso en esa conexión de la zona sur hacia el centro de la ciudad.
Los trabajos sobre el centenario puente comenzaron luego de la difusión del mal estado de sus barandales y algunos pozos en sus veredas. Las intervenciones iniciaron el pasado 22 de junio teniendo un plazo para terminarse de 90 días.
Ya pasado un mes, los vecinos se muestran contrariados ante el lento avance de la reparación del puente, mientras que el tránsito en las ‘horas picos’ se torna muy complicado ante el paso de vehículos particulares, colectivos, motocicletas, bicicletas y demás rodados rumbo al centro capitalino.
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