Opinión

AnálisisLatam: la intransigencia de los sindicatos fue determinante para el cierre de sus operaciones

Por Pablo Wende

Hace ya dos meses que la CEO de Latam en Argentina, Rosario Algelt, le había reconocido a sus íntimos que la situación de la compañía en el país estaba llegando a un punto límite. “Ya estoy cansada de pelear con los sindicatos, no hay con quién hablar”, reconocía la ejecutiva, que ayer escribió una carta para los 1.700 trabajadores. La dura postura del sindicalismo, que viene trabajando en forma sistemática para favorecer a Aerolíneas Argentinas, le puso todas las trabas imaginables a la empresa, que ayer anunció su drástica decisión.

Es cierto que Latam venía complicada, al igual que todas las líneas aéreas del mundo, por los efectos del coronavirus y el drástico freno de la cantidad de vuelos en este primer semestre del año. La crisis incluyó el pedido de concurso preventivo en los Estados Unidos ante la imposibilidad de hacer frente a sus deudas. Pero la Argentina fue la única operación que se cierra, por lo que la empresa seguirá trabajando localmente en los otros destinos donde se encuentra: Brasil, Perú, Ecuador, Paraguay, Colombia y Chile.

Hubo una acumulación de factores que llevaron a la drástica medida de abandonar la Argentina. Éstas son algunas de las más relevantes:

– La intransigencia de los sindicatos aeronáuticos, que se opusieron a aceptar la reducción salarial del 50% mientras dure la pandemia, en un contexto en el que directamente está prohibida la actividad aérea hasta septiembre, salvo para los vuelos de repatriación. En la empresa también culpan al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que nunca escuchó los pedidos de la compañía y reiteradamente la intimó a pagar la totalidad de los sueldos.

– La postura agresiva del nuevo gobierno sobre las actividades de Latam y posiblemente del resto de las aerolíneas quedó expresada cabalmente en un reportaje que le hicieron a Paula Tamburelli, titular de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Al ser consultada sobre la falta de respuestas del Estado ante la crisis de las compañías aéreas respondió a mediados de mayo a la publicación Aviación News: “Por lo menos tenemos una que va a llegar”, aunque enseguida buscó suavizar sus declaraciones señalando que “ojalá sea más de una y podamos llevar medidas que le den un poco de aire a la industria”. Esas medidas nunca llegaron. El propio Alberto Fernández había defendido durante la campaña electoral que “los cielos son de Aerolíneas”.

 Altos costos laborales, intransigencia de los sindicatos y una crisis global que afecta a todas las aerolíneas volvió insostenible las operaciones de Latam en la Argentina. Pero un dato no menor es que se trata de la única unidad de negocios que cierra en toda la región.
¿Por qué los sindicatos siempre se opusieron a ser más flexibles con Latam? Un experto del sector aerocomercial considera que “los gremios siempre tomaron como referencia los privilegios y cláusulas abusivas logradas con Aerolíneas Argentinas: niveles salariales altos, viáticos, regímenes de descanso distintos a los de la región y el mundo”.

El “caso Latam” plantea de manera contundente la viabilidad de las empresas en la Argentina en el contexto de un sindicalismo agresivo e inflexible. Pero también aparece el debate sobre las leyes laborales, que están cada vez más lejos de promover el empleo formal y dificulta la reactivación de la economía post-cuarentena.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, entre 2015 y 2019, la compañía perdió participación de mercado, pero igual consiguió transportar más pasajeros debido a que los vuelos tenían una alta ocupación promedio. En 2015 tenía 24% del mercado de cabotaje y terminó con el 16%. En esta reducción se nota el efecto de las “low cost”, que agrandaron la torta aerocomercial. Sin embargo, aún a pesar de perder mercado, Latam aumentó la cantidad de pasajeros transportados de 2,4 a 2,5 millones por año.

Por supuesto que ahora la incógnita es quién se quedará con esa participación. La única compañía que al menos parcialmente podría absorber semejante número es Aerolíneas. Pero también está el riesgo de un fuerte aumento del precio de los pasajes ante la ausencia de competidores.

Ya a fines del año pasado otra compañía aérea, Jet Smart, decidió abandonar el mercado local, pero el Gobierno todavía no aceptó la absorción por parte de otra competidora “low cost”. Sin embargo, ninguna de las compañías que quedan tienen tamaño ni estructura suficiente para absorber una mínima parte de los pasajeros que transportaba Latam para vuelos dentro de la Argentina. Aerolíneas Argentinas quedaría con una posición cuasi monopólica.

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