Espectáculos

Denuncia La ex Gran Hermano salteña, Mariela Montero, también apuntó contra Miguel Ángel Cherutti

«Me tocó, me dio un beso y un lengüetazo asqueroso» habló luego de que la bailarina Melissa Brikman denunciara al humorista por abuso sexual.

Mariela Montero fue una de las finalistas de Gran Hermano 2007. Oriunda de Salta, la joven cantante recién había llegado a Buenos Aires cuando ingresó al reality. Llena de ilusiones, apenas salió de la casa fue a un casting con Miguel Ángel Cherutti con un sueño  muy claro: triunfar sobre el escenario publicó Teleshow.

Sin embargo, al terminar aquella prueba subió al taxi y rompió en llanto. Recién meses después se animó a denunciar públicamente lo ocurrido pero como solía ocurrir en ese entonces, nadie la tomó en serio.

Hoy, a los 39 años, con una carrera formada en Chile y movilizada por el testimonio de Melissa Brikman, la bailarina que denunció a Cherutti por abuso sexual, la actriz habló con Teleshow:

«Yo recién salía de Gran Hermano, tenía notoriedad, me invitaban a eventos y fui a un estreno de una obra de él (Cherutti), lo saludé y le dije que quería trabajar», comenzó su relato. Luego contó que el actor la puso en contacto con un familiar y que coordinó con éste una reunión durante la semana siguiente, a modo de entrevista laboral: «Llegué al teatro, era tipo 4 o 5 de la tarde, me fui con una minifalda, tacos stileto, porque trabajás con tu imagen. Era una tremenda oportunidad, me acuerdo que me traspiraban las manos de nervios, no podía creer».

Es que rápidamente, la ilusión de trabajar sobre el escenario se desmoronó: «Fue en un camarín, llegó él a hacerme el casting. Me dijo ‘veamos que tal sos para la improvisación y manejemos un personaje que te salga’. Yo no había hecho casting más que para Gran Hermano, era una niña queriendo luchar por sus sueños».

Durante los minutos siguientes, él se puso detrás del rol: «Con su personaje me amedrentó, era un personaje abusivo. Me tocó, me dio un beso, un lengüetazo asqueroso. Tuve miedo, porque una siente esa energía lasciva. Ahí frenó y me dijo: ‘Si no te sentís cómoda y no sabés actuar…’. Una manipulación total». 

«No le seguí el juego, me dijo ‘vamos a ver qué pasa’. Me fui con una sensación malísima, abrumada, me tome un taxi y me largué a llorar, no entendía. Llegué a mi casa y me bañé, me quería sacar la saliva», contó la actriz radicada en Chile desde hace más de una década.

En ese momento -continuó- solo se lo pudo contar a su mamá, que estaba en Salta y hoy se alegra de que se haga «justicia divina» y a algunas personas del medio que le sugirieron que no dijera nada, porque sino «no iba a conseguir trabajo».

Recién un par de años después, luego de que otras colegas contaran situaciones similares que habían vivido con el humorista, ella brindó su testimonio en televisión, pero no encontró eco: «Era otra época, había gente intocable y en muchos lugares me fulminaron, diciendo que era gato. Incluso él dijo que me iba a iniciar una querella, cosa que nunca existió».

La semana pasada, Melissa Brikman dijo que lo había denunciado por abuso y aseguró que, en la previa de un show que hicieron en el 2003 cuando ella tenía 18 años, se sintió presionada para tener sexo con él:

«Me llamó a su cuarto para hablar algo del pago. Voy y cuando entro, la tenía afuera, estaba con el pantalón bajo, un jean azul oscuro y me dice ‘vení, chupámela, ¿sabés quién soy yo?’. Después me pone en la cama, me siento y me hace chupársela y me dice ‘dale, nenita, la vas a pasar bien conmigo, esto queda entre nosotros dos’, y yo diciéndole que la señora estaba embarazada de su último hijo. No le importó nada, le decía que ‘basta’. Me penetró, hizo todo lo que tenía que hacer».

Al escuchar a la joven, Mariela no pudo evitar volver a contar su experiencia, como forma de solidarizarse: «Sentí la necesidad de hablar, le creía completamente, es un tema delicado y para ninguna mujer es cómodo contar algo así. Primero empaticé como mujer y porque sufrí acoso por parte de la misma persona. ¿Cuántas mujeres habrán pasado lo mismo?».

Montero está en Santiago de Chile y dirige la compañía teatral Entre tangos y milongas. Sin embargo, aseguró que si próximamente viene a Buenos Aires, no tiene problema en radicar su denuncia ante la Justicia: «Sería para respaldar lo que digo». Además, aseguró que no tiene miedo de que el actor la demande por calumnias e injurias: «No me asusta porque voy con mi verdad».

Hoy, con 39 años y «mucho más plantada», dijo que le hubiera gustado haber podido enfrentar dicha situación de otra manera. Pero en ese punto es inevitable no marcar que además de ella, también la sociedad cambió: «A la larga, el tiempo y Dios se encargan de sacarle la careta a muchos, de algún modo se hace justicia y eso me da paz».

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