Policiales

Planeaba hacer una construcción sobre los cuerposLa espeluznante foto del detenido por el crimen de las turistas israelíes

Nicolás Gil Pereg posó en el lugar para un fotógrafo de Télam mientras buscaban a las víctimas. Planeaba hacer una construcción sobre los cuerpos.

Sentado, con su brazo derecho apoyado en una viga de construcción y el otro sobre su pierna izquierda, mirando fijo a la cámara. Sin remera, con una malla que usaba siempre y calzado de verano sucio. Cuando juraba que no había asesinado a su madre y a su tía y los investigadores todavía no conseguían pruebas para enviarlo a la cárcel, Nicolás Gil Pereg posó para un fotógrafo a metros del lugar donde ya había enterrado a las dos mujeres, según informó El Tribuno.

La imagen es una prueba de la perversidad del hombre que nació en Israel hace 37 años. Atrás de él, bajo piedras, escombros y tierra, yacían los cuerpos de Pyrhia Sarussi (63) y Lily Pereg (54), las hermanas que viajaron a Mendoza para visitarlo y terminaron brutalmente asesinadas.

Las mujeres habían llegado a la provincia el viernes 11 de enero. Al día siguiente fueron a la propiedad donde Gil Pereg vivía en condiciones de indigencia en Guaymallén y donde, según las pruebas, las mató a balazos y a golpes. Ya muertas, les atravesó hierrosen distintas partes de sus cuerpos y las enterró allí donde estaba comenzando a construir una vivienda de cuatro ambientes.

El sospechoso cubrió los cadáveres con una capa de tierra, otra de piedras y nuevamente tierra. Según fuentes judiciales, imaginó que de esa manera nunca serían encontrados ya que los hombres y máquinas que buscaban a las hermanas israelíes en su propiedad, al tener contacto con las piedras, pensarían que no se podría seguir buscando allí y apuntarían a otra área del extenso predio.

En el lugar además se encontraron varios animales muertos y disecándose en una parrilla. Cuando fue consultado por esta situación, Gil Pereg declaró que no los enterraba por motivos religiosos, aunque la explicación sería muy diferente: el olor nauseabundo serviría para confundir a los perros adiestrados en búsqueda de cadáveres.

Pero el viernes 18 comenzó a caerse el plan de Gil Pereg, que hasta ese momento era el principal testigo de la causa que investigaba la desaparición de las hermanas israelíes. En un allanamiento, los investigadores encontraron prendas y bolsas de cemento conmanchas de sangre. El cotejo de ADN confirmó que correspondían a una de las mujeres.

Por eso una semana después fue detenido, cuando ya había comenzado a averiguar en agencias de viaje horarios para fugarse a Buenos Aires. El pasado sábado los perros marcaron una zona específica en la propiedad de Gil Pereg. Allí estaban los cuerpos de su madre y su tía.

El móvil

El móvil de los asesinatos no está confirmado y las hipótesis se multiplican. “Sospechamos que es económico, porque esta mujer (Sarussi, madre de Gil Pereg) le enviaba dinero de manera permanente. Él había constituido sociedades, había librado cheques sin fondos por más de 9 millones de pesos. En el terreno de las hipótesis quiero imaginar que la madre y la tía que formaban algunas de las sociedades le deben haber pedido alguna explicación”, aseguró a medios locales el procurador de la Corte, Alejandro Gullé.

Por su parte, el fiscal jefe de Homicidios, Fernando Guzzo, opinó que “el móvil genera interés en la sociedad y la prensa, pero jurídicamente no siempre lo podemos descubrir”. También se analizan posibles maniobras de lavado de dinero ya que Sarussi, que tenía un cargo importante en un ente recaudador de Israel, radicó cinco empresas en Mendoza, cuyo director era justamente Gil Pereg. Pero ninguna de esas firmas tenía domicilio real.

Tampoco se sabe con certeza cómo se mantenía el acusado, un ingeniero con pasado en el ejército israelí y conocedor de armas. Tanto que tenía más de 40 registradas a su nombre, aunque en los allanamientos realizados en su domicilio sólo se encontraron cuatro. Una de las sospechas es que las vendía o alquilaba en el mercado negro.

El hombre fue imputado por homicidio agravado por el vínculo en concurso real (en el caso de su madre) y homicidio simple (en referencia a su tía). Tras escuchar esa acusación, amenazó con suicidarse: “Si usted no me deja ir a mi casa a atender a mis gatos, va a encontrar un cuerpo”, le dijo a la fiscal Claudia Ríos.

Quedó alojado en el “Sector Admisión” del Complejo Penitenciario II San Felipe, en la capital provincial. Autoridades destacaron que este hombre alto y desgarbado no come desde el sábado. “Estará bajo seguimiento de la Junta Interdisciplinaria, integrada por médicos, psicólogos y psiquiatras, entre otros y hasta el momento ha manifestado no querer ingerir alimentos”, indicaron.

 

Una de las hermanas fue baleada y la otra, golpeada

Una de las hermanas tenía signos de haber recibido disparos y la otra una brutal golpiza. Así se desprende de las primeros resultados de la autopsia realizada sobre los cuerpos de Pyrhia Pereg y Lily Sarusi, hallados en un pozo de dos metros de la casa del hijo de la segunda, Nicolás Gil Pereg.
 

Mientras uno de los cuerpos, que por el momento no se ha determinado a cuál de las hermanas pertenece, tenía signos de haber recibido tres disparos, el otro presentaba lesiones compatibles con arrastre y señales de defensa, según el informe oficial del Ministerio Oficial local.

  En el caso del segundo cadáver, que presentaba evidencias de golpes en todo el cuerpo, por el momento no se había podido determinar las causas de la muerte.
 

Por otro lado, a ambas mujeres «se les ha incrustado -post mortem- hierros en distintas partes del cuerpo, tanto en la zona anal y vaginal con heridas de egreso en algunos casos», de acuerdo con la misma pericia.
 

Gil Pereg se encuentra alojado desde el sábado en el Penal San Felipe, donde es asesorado por un defensor oficial, que le fue designado ya que no nombró a un abogado particular, y según se conoció, se niega a ingerir alimentos desde el sábado.
 

El hombre, un ex militar e ingeniero electrónico de 37 años, había quedado detenido la semana pasada y el sábado último fue imputado por la fiscal de Homicidios Claudia Ríos del delito de «homicidio agravado» en el caso de su madre, y de «homicidio simple» en el de su tía, a pesar de que hasta ese momento las mujeres no habían sido encontradas.

 A la pocas horas, en los fondos de la vivienda, en un habitáculo similar a una hoguera y a dos metros de profundidad y cubierto de piedras y tierras, fueron hallados los cuerpos de las dos mujeres, con sus respectivos pasaportes entre sus ropas.
 

 Las cámaras de seguridad de la zona habían indicado que las dos mujeres, que llegaron a la Argentina para visitar a Gil Pereg y en plan de turismo, ingresaron a la casa del hombre y no volvieron a salir.

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