Por: Daniel Salmoral
La estrategia desplegada por el Grand Bourg para estas PASO en la provincia, parecería ser en principio y en la teoría al menos, la ideal.
Juan Manuel Urtubey en Salta, al igual que Mauricio Macri en la Nación, logró atomizar a la oposición y eso, en un comienzo y en la mesa de diseño, puede que le rinda los resultados electorales esperados.
La salida del Partido de la Victoria de su frente en el que tuvo un rol de peso durante diez años, obligó a los “cráneos” grandbourdianos a pasar al “Plan B”, por eso es que apenas producido el portazo, comenzaron una rápida tarea de “persuasión y de percusión” sobre varios victorianos que rápidamente pidieron perdón por la intentona de fuga del frente y volvieron a jurar su lealtad inquebrantable hacia Urtubey y sus coroneles, quienes les dieron instrucciones sobre lo que deberían hacer de ahora en más para mitigar los efectos de la intentona de “traición”.
Juan Pablo Rodríguez, el ministro político del gobierno, los convocó a su despacho y luego de escuchar los numerosos pedidos de perdón por la huida del espacio, los instruyó para que ahora ellos hagan el proceso “atomizador” pero en el frente “osista”, es decir, en el del “Oso” Sergio Leavy y José Antonio Vilariño, que se hallaba en etapa de construcción.
Los hacedores del encargo ministerial, pusieron “manos a la obra” y desempolvaron los “sellos de goma” de algunos partidos en estado de “coma vegetativo”, como el de Memoria y Movilización y el Frente Salteño, para que a través de ellos aparecieran como candidatos ex hombres y mujeres del PV, y a la vez le metieron un “caballo de Troya” en el propio “Frente Popular para la Victoria”, en donde algunos partidos y agrupaciones políticas como Unión Popular y Kolina, entre otros, decidieron emigrar y armar otra trinchera: el “Frente Popular para la Liberación”, de manera entonces de dinamitar los votos cristinistas que, en los papeles así, se dividirían por lo menos en dos fracciones.
Para los gurúes del Grand Bourg que pergeñaron la jugada, estos dos tinglados políticos, más el Partido Obrero, sumado a “Salta Somos Todos”, el partido de Alfredo Olmedo que también irá por su cuenta al comicio, cosecharían buena parte de los votos opositores a Urtubey pero partidos en cuatro, por lo que su efectividad se reduciría considerablemente, permitiendo de esta manera, al menos en la teoría, repetimos, acercar más al triunfo al oficialismo.
¿Podrá pasar esto que hoy está en el terreno de las posibilidades a ser algo tangible?
El 13 de Agosto a la noche lo sabremos.
Mientras tanto, y si bien atomizar la oposición fue una muy buena estrategia, lo importante, por sobre todo, es desde el propio oficialismo asegurar que los hombres y mujeres elegidos para poblar las boletas electorales resulten atractivos para que los votantes se vuelquen masivamente a las urnas a apoyarlos.
Por estas horas, y cuando falta menos de una semana para la presentación de los candidatos, ese tema sigue desvelando a los encargados de sugerirle al Gobernador apellidos para que éste se incline por tal o cuál.
Esa tarea de selección de nombres, sobre todo en Capital, es la que le carcome los sesos a los alquimistas U.
La Capital, ese bastión inexpugnable para Urtubey los últimos años, es un hueso duro de roer a la hora de volcar los sufragios a favor del oficialismo.
Los nombres lanzados a la medición de las encuestadoras “no mueven el amperímetro”, por eso es que ensayan buscando otros fuera del ámbito político y es así que cantantes populares, artistas infantiles y periodistas, son tentados a zambullirse en el apasionante pero peligroso mar de la política.
Pero sobre todo, lo que les quita el sueño, es elegir a quien llevará la candidatura de senador o senadora por la principal ciudad de la provincia.
Se lanzaron varias posibilidades pero no convencieron, por eso, lo que llenaría las expectativas de varios, sería pedirle al diputado nacional, Javier David, que se vuelva a poner el traje de candidato y salga a copar la parada en Capital.
“Es lo mejor que tenemos para ofrecer”, dice a manera de justificativo, un importante dirigente pejotiano con tránsito libre por los pasillos del poder.
“Javier (David) hizo una muy buena elección en 2015 para intendente aunque perdió con Gustavo Sáenz finalmente, por eso algunos lo estamos convenciendo para que haga el sacrificio y ‘baje’ a la provincia para ver si por fin ganamos Capital”, seguía diciendo el comentarista.
Esto demuestra la orfandad en la que se encuentra la tropa U capitalina, que en diez años de gestión y con todas las herramientas a su favor, no logró “emponderar” a nadie para que pueda ahora saltar al ruedo electoral con chances ciertas de ganar.
“Estamos en el horno”, dijo otro, y responsabilizó de esta situación al entorno y al propio Gobernador diciendo que no fue capaz, años antes, de advertir sobre los riesgos que acechaban a la vuelta de la esquina.
Por esto, para los asesores U, la tarea de esmerilar a los precandidatos de la oposición deberá intensificarse y hasta hay algunos, se filtró, a los que se les encargó la misión de buscar antecedentes de los rivales para, de ser necesario, apelar a los “carpetazos” y dejarlos fuera de combate.
“Creemos que con esta dispersión en la que cayeron los K salteños, más el PO, alcanza para que ganemos”, afirmó un precandidato a legislador que se ilusiona con la posibilidad de que estos votos se neutralicen entre sí.
Convencidos que el frente “Cambiemos por Salta” tiene problemas similares a los suyos, esperan que cometan errores en la selección de candidatos, que les limite las chances de repetir la performance electoral de 2015 que logró sentar a Sáenz en el “Sillón de Moldes”.
“Ellos tampoco tienen el pasto hachao”, dicen.
Lo cierto es que cuando falta poco para presentar las candidaturas, todos los frentes afinan ideas para minimizar errores.
Por ahora, y en los papeles, Urtubey, ante la fragmentación, debería tener cierta tranquilidad sobre el resultado de las primarias pero quienes lo conocen, afirman que hasta que no le lleven los nombres de los precandidatos que él considere capaces de devolverle el control político de la ciudad de Salta, por sobre el resto de la provincia, no podrá estar tranquilo.
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