El santo empató en el estadio Martearena y cerró el año con una campaña mala, con una sola victoria en la primera fecha, diez empates y cuatro derrotas.
Buscará la salvación en la reválida desde enero.
No pudo ser. En el último partido que a Juventud Antoniana le quedaba disputar anoche para cerrar el año frente a Sarmiento de Chaco finalizó 1 a 1. Nuevamente los antonianos se quedaron con esas ganas de ver a su equipo adjudicándose un triunfo, con los tres puntos bajo el brazo y, sobre todo, de que pudiera terminar el año consiguiendo un resultado para abrigar esperanzas de escaparle a la zona roja del descenso. De todo modos, cierto conformismo se vio en los rostros de la gente de Juventud porque este equipo dejó todo en la cancha, incluso con un hombre de menos, por la expulsión de Juan Pablo Cárdenas, cuando apenas habían transcurridos siete minutos del segundo tiempo, la tuvo que remar y finalmente consiguió el empate con aquel tanto que convirtió Gustavo Mendoza. Primeramente Ángel Piz, en una jugada preparada había obtenido la transitoria ventaja para el conjunto chaqueño
Es que para el santo en todo el torneo se le puso muy cuesta arriba. Y el duro cimbronazo lo sintió cuando la dirigencia optó por el cambio de técnico con la partida de Gustavo Módica y el arribo de Salvador Mónaco. Ambos entrenadores se encontraron con una cruel realidad y que trajo serías consecuencias porque este plantel no realizó una adecuada pretemporada y a medida que fueron transcurriendo las fechas se empezó a notar que los jugadores no tenían la suficiente recuperación. Y se notó peor aun cuando llegaron los partidos revanchas porque mientras los demás participantes, como en el caso de anoche, Sarmiento de Chaco, que jugará la instancia siguiente en la pelea por el primer ascenso, comenzaban a exhibir una línea de juego más definida y superadora, Juventud con mucho corazón, empuje y hasta garra trataba de equiparar fuerzas para ponerse a la altura de un certamen que marcaba a aquellos aspirantes que ocupaban los puestos de arriba y le dejaba al santo salteño en serios aprietos. Claro que a ello se agregó la protesta de los jugadores por la falta de pago.
Es decir que ante tamaña desprolijidad dirigencial, lo malo calo hondo. Ahora se vendrá la parte definitiva para saber si logra recomponerse del mal trance que tuvo en este último semestre del año. O en definitiva la suerte quedará sellada en descender de categoría.
Quedará la última carta a jugar. La nueva dirigencia tendrá que trabajar duro. Volver a organizar una tarea que demandará mucho esfuerzo. Hoy por hoy, Juventud ya tocó fondo y es un desafío enorme volver a levantarlo.
Fuente: El Tribuno
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