Un áspero debate, no privado de acusaciones, se produjo en la última sesión de la Cámara de Senadores. Diego Pérez le enrostró al PO que alienta la violencia.“No somos violentos” respondió Gabriela Cerrano. La campaña electoral no da respiro y menos en los ámbitos legislativos. Hasta al Senado de la provincia, una especie de somnolienta isla legislativa dominada por el oficialismo, llegaron las tensiones.
Diminuta, con su aspecto de colegiala pero con la verba afiliada, “Gabi” Cerrano, la senadora capitalina por el Partido Obrero, dio las razones por la que su partido se opone a las modificaciones al Código Contravencional, para que, quien agreda a un docente o un médico, sea pasible de arresto y multa.
Para Cerrano aumentar las penalidades en ese ámbito no traerá ninguna solución a los problemas de fondo que aquejan a la educación y a la salud.
Con una extensa argumentación dijo que aplicar “la contravencional” no va a hacer desaparecer los problemas sociales que llegan a las escuelas; que las maestras no son la “segunda mamá” y respecto del área de salud, dijo que “el gerenciamiento es una privatización” y que “seguro una persona va a reaccionar, si a las 4 de la mañana el hospital le pide que vaya a buscar una aguja, porque el PAMI no le paga al hospital”.Luego redobló la apuesta y advirtió que con un convenio que está trabajando el ministerio de Salud de la provincia con el PAMI, la gente va a ir a las 4 de la mañana a sacar turno y habrá situaciones violentas.
Los senadores Pablo González de Orán(PJ) y Diego Pérez de Rosario de la Frontera (PJ) le saltaron a la yugular de la senadora troskista y le respondieron en duros términos. El primero le dijo que estaba mezclando temas, que nadie habló de la privatización de la salud y refirió, como médico, la situación que se presenta en áreas de frontera, donde los hospitales deben atender muchos ciudadanos bolivianos, que obviamente tienen que pagar.
Pérez fue más a fondo y dijo que no estaba sorprendido por los conceptos de Cerrano, porque el Partido Obrero siempre alentó la violencia, en alusión al tema de la aguja que explicó Cerrano.
La legisladora del PO respondió enfáticamente “Jamás!” y agregó “no somos violentos”.
Pérez pidió la palabra nuevamente, lamentó que la discusión sobre el tema se haya extendido tanto y dijo: “Sí, son violentos, yo fui víctima de la toma de la Legislatura que alentó el PO, en medio del conflicto docente y que derivó en sanciones para diputados de ese partido. Así que, son violentos!”
Cerrano ratificó que se oponía a la iniciativa y votó en contra. Los proyectos se aprobaron y el Senado se sacudió un poco la modorra que lo caracteriza.