El nacido en el Chaco Salteño padecía diabetes y había desmejorado muchísimo su salud tras la muerte de su padre de la cual nunca se pudo reponer, dijeron allegados.
El reconocido folclorista salteño Pastor Juárez enlutó al canto popular de nuestra provincia, su voz se calló para siempre, aunque muchos aseguran que en algún lado seguramente se escucharán sus memorables coplas de pecho. El artista falleció el miércoles pasado.
La salud del oriundo de Santa Victoria se resquebrajó luego de la muerte de su padre de la cual nunca se pudo reponer, según le contó una allegada del cantante a El Tribuno. “Pastor padecía diabetes al igual que su papá, cuando este falleció, lo afectó muchísimo a tal punto que nunca pudo salir adelante”, le expresó la allegada a este matutino.
“Pastor siempre fue muy querido en el ambiente del folclore, un hombre que ofrecía su corazón a cada paso, era igual a su padre, hombres de campo, personas que aún predicaban esa cuota de ingenuidad. Esta pérdida nos afecta de manera terrible. No tengo dudas que se encontrará con su papá Ichú para seguir copleando en el mundo celestial”, comentó el destacado cantor Toba Toledo, quien se encuentra radicado en Tartagal.
Pastor Juárez siempre luchó en defensa por la música de su tierra: el Chaco salteño. Nacido en el paraje Pozo El Milagro, viene de familia de músicos, su padre Ichú aportaba a la música con el sonido de su violín, fue uno de los propulsores de la música del Chaco salteño.
“Esta muerte nos provoca un gran dolor a quienes compartimos con Pastor, un hombre sin maldad que solo regalaba amor y respeto, con una garganta admirable, un cantor con sentimientos, que despertaba admiración en cada una de sus presentaciones. Compartimos muchas giras por el territorio nacional, cada uno con su propuesta, teníamos muchas horas de ruta, con largas conversaciones en el camino. Jamás abandonó el campo, siempre que podía se volvía para sus pagos, era feliz en su Chaco salteño”, aseguró el folclorista Javier Jiménez.
La familia Juárez siempre se abocó a las fiestas patronales de Pozo El Milagro, primero de la mano de Ichú, y luego encabezada por Pastor, cada 15 de septiembre.
“Me invade una gran tristeza, se me fue un gran amigo, dotado de grandes valores, un cantor con una garganta envidiable. Nos encantaba mezclarnos entre coplas, y pasar horas improvisando cada frase. Recuerdo una vez que nos pusimos a coplear con el Teatro Provincial con Pastor, el Chaqueño Palavecino, el Toba Toledo, y MARIANA CARRIZO. Fue una noche memorable, el público lo disfrutó a pleno”, señaló el querido “Cantor de los Bailarines”: Pitín Zalazar.
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