En un libro que saldrá a la venta en los próximos días, la actriz cuenta los secretos más íntimos del presidente de EEUU. «Fue el sexo menos impresionante de mi vida», asegura.
Las revelaciones de la actriz y directora de películas porno, Stormy Daniels, siguen atormentando a Donald Trump. Es que este lunes The Guardian publicó la primera reseña del libro ‘Full Disclosure’ en el que Daniels expone los secretos más humillantes de su encuentro con el presidente de Estados Unidos al que definió como «el sexo menos impresionante que tuve en mi vida».
Fue en 2006 luego de un torneo de golf. Según cuenta la actriz, pasó tres horas escuchándolo autoalabarse para luego tener dos minutos de mal sexo. Según reseñó el crítico Peter Conrad, Daniels definió todo el encuentro como «vomitivo».
«Además de besar torpemente, del flojo intento de hablar sucio, de su falta de elegancia al montarla y del enchastre que le dejó sobre la panza, ni siquiera le dio la cena que había prometido», relata.
En su libro, la actriz da más detalles acerca del pene de Trump, al que hace unas semanas había descripto «como un personaje de Mario Kart», en referencia a Toad, el compañero de Super Mario, (de la famosa serie de Nintendo) cuya cabeza está decorada por un hongo.
Lejos de aplacar la polémica, Daniels sostiene que es chiquito y a Trump «le costó agarrarlo» para penetrarla y, como era de esperarse, la mujer volvió a compararlo con «un hongo repugnante» y después con una «seta venenosa».
Sobre sus testículos, asegura que «debería depilarse» porque se perdían en un matorral enmarañado de «vellos púbicos tipo yeti». Y fue más lejos: aseguró que «su pelo de ahí abajo era mejor que el de su cabeza».
El libro también se burla del comportamiento del hombre que rige el destino de Estados Unidos: la recibió en la suite de su hotel vestido con un pijama de seda negra y en pantuflas.
-¡Ponete alguna puta ropa! -le ordenó Stormy. Y él obedeció sumisamente, tras lo cual ella le pidió que se diera vuelta así le pegaba en la cola.
Tras ese episodio, la rubia cuenta que fue al baño. Cuando volvió, se encontró con Trump acostado en la cama, en calzones, «como si hubiera probado distintas posiciones», en «un pobre intento de lucir poderoso».
La actriz, que se llama en realidad Stephanie Clifford, generó un escándalo político en Estados Unidos al revelar que recibió dinero en 2016 para callar su relación con el entonces candidato presidencial Donald Trump, sobre el vínculo que presuntamente mantuvieron entre 2006 y 2007.
Michael Avenatti, el abogado representante de la actriz de cine en la demanda contra Trump, alegó que la mujer fue obligada a firmar un acuerdo en el que prometía no hablar de un encuentro sexual con el jefe de Estado. La actriz porno que jaquea a Trump reveló un insólito detalle de su intimidad.
Clifford firmó un acuerdo de confidencialidad con Cohen «por temor», a cambio de US$130.000 poco antes de las elecciones de 2016. Después de que ella lo demandara para anular el contrato, dijo que Trump la difamó llamándola mentirosa.
Cohen, antiguo abogado y «solucionador de problemas» de Trump antes de convertirse en presidente, se declaró culpable de los cargos de violación de las leyes de financiamiento de campaña, por haber pagado con ese dinero a Daniels y a otras dos mujeres poco antes de las elecciones de 2016.
Sin embargo, Trump negó haberle dicho a Cohen que hiciera los pagos, y dijo en una entrevista con Fox News que solo se enteró de los pagos «más tarde».
El momento y los detalles financieros coinciden con las acusaciones de la actriz de películas para adultos Stephanie Clifford y de la exmodelo hot Karen McDougal de que se les pagó por su silencio.
Fuente www.perfil.com
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