Política

Pandemia y crisisEl insólito acto del kirchnerismo para anunciar un plan de vacunación sin vacunas en los geriátricos

El sábado, Máximo Kirchner y Axel Kicillof junto a otros cinco funcionarios encabezaron un acto para vacunar a 85 personas.
Confirmado: el plan de vacunación contra el Covid-19 parece tener «dueños» en la Argentina. Son parte de los principales líderes alineados con la vicepresidenta Cristina Fernández.

El sábado, en un acontecimiento extraordinario, se reunieron en un geriátrico de Temperley el gobernador de Buenos Aires, Axel Kiciloff; su ministro de Salud, Daniel Gollán; el viceministro del área, Nicolás Kreplak; la titular del PAMI, la obra social de los jubilados, Luana Volnovich; el Jefe de la Legislatura bonaerense, Federico Otermín; el jefe del bloque oficialista de los legisladores K del distrito, Luciano Tignanelli; y el líder del bloque de los Diputados K del Congreso Nacional, Máximo Kirchner.

Anunciaron, presenciaron, e hicieron propaganda porque allí se aplicaron un puñado de vacunas Sputnik V a ancianos de edades no conocidas públicamente. Son funcionarios políticos y no científicos. Describieron el momento como una epopeya de características fundacionales para la República Argentina. «Es un día histórico», celebraron.

Los vacunados fueron una señora de 96 años, la primera jubilada del país en recibir la vacuna, y 84 personas más del pabellón «Asturias» de ese centro de asistencia a adultos mayores. En rigor, recibieron la primera dosis de una vacuna que escasea y que escaseará. Épica peronista. Por ahora, la Sputnik V no alcanza para vacunar ni siquiera a una parte de los grupos de riesgo identificados de ese modo por la gobernación de Buenos Aires. Menos aún en el resto del país.

Una fracción de políticos del oficialismo, en plena pandemia, anunció y presenció la vacunación de una primera dosis sin que se haya informado por qué estuvieron presentes en ese sitio. Por lo que se vio en las imágenes difundidas por canales oficiales, parecen haber cuidado los protocolos en una institución donde se podría propagar el Covid-19 entre ancianos en riesgo.

El grupo de peronistas no hizo alusión a qué les pasará al resto de los ancianos que viven en ese geriátrico que no fueron vacunados. ¿No tuvieron la suerte de sus compañeros porque reciben tratamientos médicos que empeorarían si en su organismo ingresa la Sputnik V? ¿O simplemente porque las vacunas no alcanzaban?

No hubo anuncios ni detalles sobre la fecha en la que llegarán las esperadas millones de dosis de vacunas que esos mismos funcionarios prometieron que ya se estarían utilizando en este primer mes del 2021.

El mensaje transmitido en partes de prensa fue, además, inexacto desde el punto de vista sanitario, o podría llevar a confusiones o esperanzas vanas en una población que aguarda la ayuda estatal para crear anticuerpos contra el Covid-19.

El diputado nacional Máximo Kirchner explicó que»la vacuna significa que muchas personas que estaban en una etapa de su vida de descanso puedan empezar a ver a sus familias». Y agregó: «Es importante que muchos vecinos y vecinas se anoten, y además ayuden a quienes no tienen las herramientas para hacerlo, en la página de la Provincia para poder planificar y armar la mejor logística posible para la vacunación».

Que un grupo de ancianos o ancianas se den una sola dosis de la Sputnik V, por supuesto, es relevante, pero de acuerdo a los médicos especialistas los inoculados de ningún modo quedan así inmunizados ante el coronavirus. Deberán esperar la aplicación de la segunda dosis y aguardar un tiempo más para generar los anticuerpos que sí le permitan estar protegida del Covid-19.

La cautela científica dio paso a un acelerado anuncio de alivio final de la política.

Las palabras de Kirchner convocando a la población a inscribirse para recibir vacunas que aún no están disponibles (aunque lo estarán en semanas pero sin que se conozca en qué cantidad) es también la confirmación de la incapacidad del Estado de organizar un plan de vacunación, al menos entre los bonaerenses, si es que éstos no son quienes se registran para vacunarse. El Estado, según el pedido del diputado nacional, sería ineficaz si debiera llegar a coordinar la vacunación total con sus empleados calificados para estos fines.

En el acto «histórico» de Lomas de Zamora también habló la responsable de la obra social de los jubilados, Volnovich, quien usó conceptos similares al del jefe de La Cámpora. «Es un día muy importante porque empezamos a vacunar en las residencias geriátricas a las y los ciudadanos que más se han tenido que esforzar durante la pandemia. Lo haremos de forma escalonada, conscientes de que cada persona que se vacuna puede volver a ver a su familia y salir de la tristeza y la soledad, que son muy malas para la salud de los adultos mayores».

Volnovich representa a todos los jubilados del PAMI. No solo a los que residen en geriátricos. ¿Las vacunas se empezarán a aplicar en estos centros de residencia en todo el país? ¿Cuándo? ¿Cómo?

La visión de estos funcionarios respecto a quienes viven en geriátricos en pandemia es explícita: el Estado no los asiste para paliar sus tristezas o problemas psicológicos. Solo tendrán la vacuna para afrontar esas posibles penurias.

Si bien la falta de contacto de los internados con quienes tiene familia es clave para mejorar sus días, también es cierto que los profesionales que trabajan en los geriátricos se esfuerzan para que quienes viven allí se sientan lo mejor acompañados posible.

Según informó Insaurralde, la epopeya vacunatoria encabezada por el Presidente tendrá una segunda etapa en cuanto a adultos mayores. Cumplir con la vacunación total de los residentes del Hogar Elías, de su distrito.

Falta saber cuándo se vacunará en el resto de los dos mil geriátricos de Buenos Aires. ¿Y en el resto del país?

Un dato llamativo: tanto el viceministro de Salud, Kreplak, como Kiciloff, ya recibieron dos dosis de la Sputnik V, completando de ese modo la segura inmunidad contra el Covid. Son dirigentes jóvenes. La anciana de Lomas de Zamora que inició la odisea vacunatoria bonaerense, con materiales, personal y planificación pagada por los contribuyentes, aun corre riesgo objetivo de contraer el virus. Pero una primera dosis es un paso significativo, sin duda. 

En el Reino Unido, por poner un ejemplo en decenas, la primera mujer que recibió en el mundo la vacuna de Pfizer-Biontech es una anciana de 90 años que también fue protagonista de una noticia que se vivió con impacto internacional. Aunque hubo una obvia coordinación gubernamental inglesa, no hubo políticos presentes.

Ella se llama Margaret Keenan.

Tras ser vacunada, frente a cámaras, dijo que se sentía «privilegiada».

La vacuna le fue aplicada por una enfermera de origen filipino apellidada Parsons.

Eso pasó el 8 de diciembre del año pasado.

Al otro día, 50 hospitales de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte iniciaron la vacunación en ese país para mayores de 80 años y empleados del sector de la salud y de hogares de ancianos. Keenan ya recibió su segunda dosis de la vacuna.

Recién un mes después que fueron inoculada esta empleada de una joyería en Eniskillen, Irlanda, se vacunó la Reina de Inglaterra, Isabell II, y su esposa, el Duque de Edimburgo.

A esa altura del año, un millón de sus súbditos habían sido ya vacunados.

Sin épica. Y sin privilegios de clase.

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