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Copa LibertadoresEl escándalo del gas pimienta: el veedor de la Conmebol dio su versión de lo que pasó en aquel Boca-River

El boliviano Róger Bello reconstruyó lo ocurrido durante la noche del 14 de mayo de 2015 en la Bombonera.

La posibilidad de una final de la Copa Libertadores entre Boca y River reavivó en los últimos días el recuerdo del bochornoso último antecedente entre los colosos del fútbol argentino en el certamen sud continental: la serie de octavos de final de la edición 2015 que terminó con la suspensión del encuentro de vuelta en la Bombonera y la descalificación del equipo que por entonces dirigía Rodolfo Arruabarrena, según informó Clarín.

Uno de los protagonistas estelares de aquella funesta noche del 14 de mayo de 2015, más por su inacción que por su intervención, fue el boliviano Róger Bello, veedor designado por la Confederación Sudamericana de Fútbol para ese duelo, quien a más de tres años de los hechos recordó lo sucedido e intentó ensalzar su deficiente actuación.

“Ese partido ya venía con el antecedente de que River había ganado en Núñez por 1-0 en un choque con mucha fricción, mucha boca, peleas y desafíos para la revancha. En el primer tiempo y en menos de diez minutos, ya había dos tarjetas amarillas para los jugadores de Boca. Con el 0-0 nos fuimos a los camarines”, recordó Bello en una entrevista concedida a la revista Diez de su país.

El boliviano añadió que tras el entretiempo “apareció un inadaptado, al que llamaban Panadero (Adrián Napolitano), rompió la manga por donde salía River, echó gas pimienta y consiguió dañar la vista de al menos seis jugadores”. “Ellos cayeron en la cancha, los auxiliamos, pero en pleno afán y con mucho desespero,les colocaron agua que los empeoró”, explicó.

Y entonces empieza el tramo del relato que más dista con lo visto aquella noche. Según Bello, arquitecto de profesión, el fue “coordinando todo con un jefe policial” que lo “ayudó bastante, muy capaz, con experiencia en este tipo de eventos públicos”. La imagen que quedó de él fue la de un hombre dubitativo e incapaz de tomar una decisión.

“Pasamos 40 minutos, que es el lapso que tenemos que esperar para tomar una decisión. Decidimos jugar con los tiempos, esperamos a que la gente se retirara de ambas tribunas porque había niños”, sostuvo el veedor. Cabe resaltar que aquel día, al igual que en el encuentro de ida, no había público visitante.

“Luego, pasó la hora y media hasta que se tomó la decisión, conjuntamente con el árbitro (Darío) Herrera, de que el partido tenía que ser suspendido porque realmente no había condiciones para continuar porque los jugadores estaban muy dañados”, afirmó el boliviano. No es lo mismo que había dicho pocas horas después del duelo. “La idea era continuar, pero el árbitro decidió la suspensión”, había asegurado en una entrevista en Radio La Red.

Las versiones que se conocieron en aquellos días distan bastante del relato de Bello, quien reconoció que aquel encuentro fue “uno de los más duros” que le tocó vivir. Según se pudo reconstruir, la intención de Herrera, de la Conmebol, de la dirigencia de Boca y de los responsables de la transmisión televisiva era continuar con el cotejo.

La actitud proactiva que se atribuye el veedor tampoco parece concordar con lo sucedido en la Bombonera, ya que durante los largos minutos de zozobra buscó apoyo en el uruguayo Eugenio Figueredo, ex presidente de la Conmebol; su compatriota Alberto Lozada, uno de los miembros del Tribunal de Disciplina del organismo, y hasta del entonces mandamás del ente rector del fútbol sudamericano, el paraguayo Juan Ángel Napout (hoy encarcelado en Estados Unidos por el FIFAGate).

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