El hombre que escupió a Javier Corbalán ya había sido noticia por hechos de violencia anteriores. Aún falta identificar quien golpeó al corresponsal de A24, el periodista Alexis Miranda.
Finalmente, ayer por la mañana trasladaron al hospital de salud mental MIGUEL RAGONEal hombre que escupió al fotoperiodista del diario El Tribuno Javier Corbalán cuando cubría la marcha anticuarentena que se realizó el domingo en el monumento a Güemes. Según diferentes versiones, Miguel Ángel
Caminos sufre un problema psiquiátrico frente al que no se encontró ninguna solución pese a reiteradas denuncias por hechos de violencia en su contra. El agresor del corresponsal de América 24, en tanto, no fue identificado.
Ante el repudio que generaron los ataques que sufrieron los dos trabajadores de prensa el domingo, al que se sumó también Gustavo Sáenz, la fiscal penal 4, María Eugenia Guzmán inició de oficio una investigación, según publicó El Tribuno.
Según consignó la madre de Caminos en una nota periodística a raíz de una de agresión anterior que progatonizó su hijo, se trata de una persona con problemas de salud mental. Sus antecedentes de agresiones son varios. Muchos de ellos no llegaron a ser denunciados, pero sí se hicieron públicos luego de su actitud del domingo a la tarde, cuando se acercó al reportero gráfico de El Tribuno para insultarlo y, luego de gritarle “¿Sabés quién soy yo?”, lo escupió.
En 2015, les había arrojado agua caliente a un grupo de peregrinos durante las fiestas del Milagro, hecho que tuvo amplia repercusión en las noticias. Después fue denunciado por tirarle ácido a un vecino.
La ley de salud mental 26.657 habilita al Estado a intervenir en los casos en que un paciente psiquiátrico representa un peligro para sí o para terceros, lo que no debería pasar con el adecuado tratamiento y contención. Desde el Ministerio Público Fiscal consignaron que las medidas que se tomen ahora dependerán del Juez de Garantías número 2.
El segundo agresor
Aún falta identificar al hombre que golpeó al corresponsal del Canal América 24, Alexis Miranda, que también estaba trabajando en el monumento a Güemes. El periodista radicó una denuncia y la amplió luego de recibir amenazas de parte de Caminos.
“Cuando hice la denuncia me dijeron que la fiscalía estaba trabajando de oficio, que estaban buscando las cámaras del 911 para ver si encontraban el momento exacto en que me pegaba”, indicó el reportero. Su agresor llevaba un barbijo con la leyenda del “Partido Libertario Salta” y, al igual que Caminos, fue fotografiado. Desde ese espacio político aseguraron que no habían participado de la manifestación.
Las agresiones hacia los trabajadores de la prensa no solo suponen una ataque contra la integridad física de ambos, sino también contra un derecho básico como el de informar a la sociedad.
El otro agresor llevaba un barbijo de “Partido Libertario”.
“Nunca me pasó, a lo sumo sufrí un insulto verbal”, indicó Alexis, acostumbrado a transmitir desde lugares candentes. “Comenzaron a agredirnos apenas llegamos. Caminos me reconoció de la radio y ahí me señaló”, aseveró. Miranda contó que acusaban a los periodistas de “filmar patentes” o de ser cómplices “de los que hacen negocios con las vacunas del COVID”.
Tras los mensajes de apoyo de distintos sectores, Alexis aseguró sentirse acompañado, aunque recalcó que mientras todo sucedía, “la Policía no hizo nada más que tomarse selfies”. Tampoco le ofrecieron ayuda los demás manifestantes. “Un grupo se fue, pero otros apañaban lo que hacían estas personas”, aseveró el periodista, que se desempeña en medios locales, pero en ese momento cubría la noticia para el canal nacional.
En 2016 Caminos le arrojó ácido muriático en los ojos a su vecino, Gustavo Lucchesi, que sufrió la quemadura del 90% de la córnea del ojo izquierdo. Entonces los vecinos se manifestaron y aseguraron que estos episodios eran constantes. “La Justicia sabe que este hombre padece una enfermedad.
¿Por qué no lo internan, lo medican y le dan su tratamiento? ¿Tengo que esperar a que le den de alta el lunes para que vuelva y nos mate? Necesito, imploro que el juez que tiene la causa tome cartas en el asunto y podamos vivir en paz”, rogó hace 4 años Julia Fernández, esposa de la víctima.
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