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Apolinario saraviaDos policías salteños se arrepintieron y hundieron al excomisario Mamaní

Los policías Argañaraz y Giménez, de Apolinario Saravia, desmintieron todo. «La orden era encontrar al chico Diez sí o sí, nos hizo firmar una declaración sin leerla», dijeron.

Las declaraciones de Sergio Argañaraz, sargento, y el cabo Juan Giménez, efectivos de la subcomisaría de El Dorado, en Apolinario Saravia, profundizaron la situación procesal del excomisario Walter Omar Mamaní, en la causa donde Luciano Diez fue amedrentado, privado de su libertad y maltratado durante la madrugada del 28 de junio.

En sus declaraciones testimoniales los funcionarios policiales señalaron que fueron presionados por Walter Mamaní en pos de seguir los lineamientos de un discurso inventado por el excomisario. Ante la auxiliar fiscal penal Celina Morales Torino, el abogado querellante, Patricio Diez, y el nuevo defensor Alejandro Atchar, el sargento ayudante Argañaraz comenzó diciendo que quería «decir toda la verdad».

Sostuvo que recibió un llamado «por parte de la guardia», mientras patrullaban el pueblo junto al cabo y chofer del móvil, Giménez, «a cargo del comisario Mamaní, la custodia sargento Díaz y yo», dijo. El llamado alertaba sobre una reunión que jóvenes mantenían en el barrio El Camping, donde estaban bebiendo alcohol. Al llegar «se retiraron». Salieron a la avenida 9 de Julio donde «nos encontramos con la camioneta» de la madre de Diez, «la señora Iris».

Argañaraz contó que en todo momento recibieron órdenes de Mamaní. «No sé con qué intención pidió que le cruzaran el móvil para que no siguiera circulando. Nos dio la orden de que bajáramos para hacer parar la camioneta, me bajo por la orden, estábamos a su cargo, somos subordinados. Yo no intenté hacer parar la camioneta que venía despacio, a paso de hombre, y él -por Mamaní- realizó los disparos, no entiendo por qué, nunca le pregunté», sostuvo Argañaraz.

Cuando apareció Luciano Diez, en la casa de su madre, «venía de la esquina, caminando tranquilo», Mamaní ordenó su detención y que lo subieran al móvil. «Luciano no opuso resistencia, en el transcurso le preguntó a Mamaní por qué lo llevábamos detenido y el comisario lo hizo callar, fue el único que tuvo contacto verbal con Luciano. Le dijo «pendejo callate’ y Luciano no habló más». En la dependencia el joven quedó a cargo de la guardia, «estaba el agente Vizgarra».

Temor a ser trasladados

El policía sostuvo que le tenían temor al jefe de El Dorado, dijo que el comisario Mamaní los llamó junto a Díaz y Giménez a una oficina para «que firmemos una declaración que no nos dejó leer, nos dijo apurado «firmen acá’. Nunca nos dio copia ni nada, no le pregunte qué habíamos firmado porque le teníamos miedo». El exjefe hacía trasladar a los camaradas de Argañaraz si no estaban de acuerdo con sus teorías. «Lo tomaba como algo personal y los hacía trasladar».

Entre abogados

Argañaraz también afirmó que tanto el abogado defensor de Mamaní, Omar Sosa, como el letrado que los representaba, doctor Nicolás Vedia, querían que los policías siguieran el argumento expuesto en el documento que inicialmente no pudieron leer. «Mamaní se ofreció para buscar el abogado que nos iba a cobrar barato, no decía que trajo a Sosa porque trabaja con una tía de él, y el abogado Sosa nos exigió que teníamos que declarar sí o sí».

Al doctor Vedia «le manifestamos que todo era mentira, nos decía que sigamos con la misma versión que no teníamos que cambiar. Pienso que nos engañó a mi familia y a mí, fuimos mal asesorados y nunca nos dijeron que podíamos cambiar la declaración. Cuando revocamos la representación nos enteramos que podíamos decir la verdad», apuntó.

“Puso cosas que nunca pasaron”

El testimonio de Giménez también fue contundente. “Por orden del comisario Mamaní teníamos que encontrar sí o sí a Luciano Diez”, dijo. También mencionó el temor que le tenían al excomisario, quien ya había hecho trasladar a dos compañeros por no coincidir con sus pensamientos o acciones. Acerca del documento que firmaron, sostuvo: “El comisario puso cosas que nunca pasaron”, por ejemplo que Diez le tiró la camioneta a Mamaní “no es cierto y se lo dije al comisario y a Sosa, y nos dijeron que no podíamos cambiar lo que habíamos firmado porque nos iban a imputar por falso testimonio”. Los policías fueron detenidos, Julia Díaz recibió la domiciliaria y Vizgarra fue liberado. Siguen detenidos Giménez, Argañaraz y el excomisario Mamaní.

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