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Inoperancia y desisidiaDesesperante situación de 130 mil jubilados salteños: el PAMI solo firmó convenio con tres clínicas 

El organismo quedó en manos de La Cámpora y no hay respuestas para muchos jubilados que ya fueron rechazados en clínicas por negligencia y desidia de las autoridades del organismo.

Desesperación, indignación, angustia. Las palabras quedan cortas para lo que puede padecer un paciente del PAMI con COVID-19 en Salta. Fuentes jerárquicas de la obra social de los jubilados y de las clínicas privadas que atienden a afiliados de esa institución nacional confirmaron en off que ya hubo casos en esta provincia en los que tuvieron que rechazar a personas de los sanatorios por no tener lugar para atenderlos.

Está sucediendo. El contagio comunitario de la enfermedad del coronavirus llevó a que jubilados o pensionados con posible contagio peregrinen por las únicas tres clínicas para afiliados del PAMI en la capital salteña (Sanatorio Modelo, Cruz Azul y el hospital Militar) y terminen por no ser atendidos. En el interior provincial hay aún menos chances.

Verónica Molina está al frente del Pami en Salta. Es abogada y dirigente de La Cámpora. La misma organización política también se quedó con la conducción en la provincia del Anses, a cargo de Marcos Vera, este último seriamente cuestionado tras ser descubierto como solicitante del IFE.

Verónica Molina, directora general del PAMI Salta y Diego Albornoz, coordinador ejecutivo. Ambos militan de La Cámpora

Un ejemplo es el que sucedió este fin de semana con una paciente de la obra social nacional que tenía designada la atención en el hospital Militar (ubicado en la avenida Arenales) y tuvo que ser derivada para su internación al San Bernardo. Su cuadro era compatible con la COVID-19 aunque se descartó, por suerte, en el nosocomio público, según relataron familiares a este diario, quienes alertaron por la precariedad en la atención sanitaria.

«No se está tomando ninguna acción en el PAMI de Salta con respecto a los afiliados con coronavirus. Desde la administración se escudan en que son problemas de Salud Pública», afirmó un administrativo de la obra social en estricta reserva de su identidad, según publicó El Tribuno.

Lo cierto es que hay un gran hermetismo en la dirección local del PAMI, conducido por Verónica Molina, con respecto a las líneas de acción sobre la pandemia. El organismo, hay que decirlo, hasta ahora demuestra que fue tomado solo como un botín político por parte de militantes de La Cámpora a quién el Gobierno nacional le dio el manejo en Salta de la obra social de los jubilados (también el Anses), sin que hasta ahora se acciones dirigidas a mejorar la atención que requieren sus afiliados, que, por cierto, son las personas de mayor riesgo ante el virus que afecta a todo el mundo.

La colocación en lugares claves de gestión a militantes sin experiencia alguna deja a la vista los resultados nefastos que afectan a uno de los sectores más sensibles de la sociedad. El PAMI Salta, conducido por La Cámpora, dejó a la deriva a más de 130 mil abuelos por firmar apenas tres convenios con clínicas locales

La capacidad de las clínicas tampoco alcanza. Entre los tres sanatorios que atienden PAMI en la ciudad de Salta no suman más de 130 camas de internación. La obra social tiene en esta provincia 114.469 afiliados, de los cuales más del 60% se concentran en el área metropolitana, según especificó en una reciente reunión con senadores la directora del PAMI, Verónica Molina.

El presupuesto anual del PAMI Salta es de $210 millones. La obra social nacional de los jubilados presta servicios de salud a más de 114.000 afiliados en esta provincia, de los cuales más del 60% se concentran en la ciudad de Salta y alrededores. Además de los $210 millones, $100 millones se destinan para cubrir un vademécum de 3.600 medicamentos gratuitos.

«Estamos en una tensión máxima en cuanto al espacio que tenemos para atender a los afiliados al PAMI», reveló un médico de una de las tres clínicas de Capital que tienen designadas a personas con esa cobertura.

Explicó que también están condicionadas las clínicas por las demoras en los test que se hacen para detectar el coronavirus: un paciente con sospecha de esa enfermedad no puede ser internado en una sala común y eso limita la cantidad de camas disponibles. Las clínicas derivan sus muestras de pacientes sospechosos a laboratorios privados.

Desde el PAMI, explicó el profesional, tampoco dieron precisiones sobre lo que tienen que hacer con los pacientes asintomáticos que deben realizar aislamiento.

En julio, la oficina central de la obra social de los jubilados determinó un pago de $80.000 a prestadores capitados por paciente internado con coronavirus, pero no alcanza. Por cada paciente con COVID-19, estimaron en un sanatorio, se invierte $7.000 diarios y su internación es de al menos 20 días.

 

 

 

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