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FútbolCuánto tardarán los futbolistas en volver a estar físicamente en alto nivel tras el parate por el coronavirus

¿Sirven los entrenamientos caseros? ¿Cuánto tiempo les llevará ponerse a punto? ¿Cómo afrontarán los equipos las nuevas competencias? Opinan los especialistas

El pasado 17 de marzo iban a llevarse a cabo varios partidos del ascenso argentino. De hecho algunos planteles estaban cambiándose en los vestuarios cuando recibieron la orden desde la AFA: “se suspende el fútbol en todas las categorías hasta el 31 de marzo”. A partir de ese momento los cuerpos técnicos se vieron obligados a improvisar una rutina de entrenamiento casera y acorde a las limitaciones del caso. El presidente de la Nación, Alberto Fernández, dejó entrever que el fútbol no volverá hasta junio, pero igualmente surgen interrogantes respecto a su reanudación: ¿en qué condiciones físicas retomarán la actividad los futbolistas?

Infobae se contactó con varios referentes de planteles de Primera División y preparadores físicos de élite para comprender cuál será el cuadro de situación en el futuro cercano.

Hay una idea general entre la mayoría de los clubes: se necesitarán al menos 15 días de entrenamientos regulares para presentarse en competencia oficial y afrontar compromisos de élite. Esto teniendo como base los ejercicios de manera remota a los que se sometieron los deportistas gracias a la tecnología que ayudó a los profes.

Ricardo Caruso Lombardi, hoy entrenador de Belgrano de Córdoba (y con contacto directo con Alberto Fernández), anticipó públicamente la semana pasada que los equipos necesitarán cuanto como mínimo un mes para ponerse a punto. El experimentado técnico que cuenta con Franco Bianchi como preparador físico en el Pirata argumentó que sería fundamental contar con 5 días de adaptación, 10 ó 12 días de prácticas más formales y 3 ó 4 amistosos antes de saltar a la cancha por los puntos.

Algunos expertos en la materia afirman que los elementos de trabajo con los que cuenten los futbolistas en sus hogares son vitales para mantener la condición física. Y lo ideal para este tiempo de cuarentena es el desarrollo de una rutina doble que sostenga todo lo que se adquirió en la última pretemporada de principios de año. La primera sesión basada en un trabajo aeróbico para mantener la capacidad de oxigenación. La segunda para centrarse en la parte neuromuscular y no perder niveles básicos de coordinación y fuerza. Lógicamente todo esto va a la par de los cuidados preventivos contra el COVID-19 (evitar contacto físico, higiene constante de manos y desinfección de cada rincón).

El primer paso, aceptar que habrá una merma física y futbolística. El segundo, intentar nivelar al máximo estas capacidades en el menor tiempo posible. El rango de competencia será directamente proporcional al tiempo en el que el fútbol esté detenido. “Será muy difícil que los jugadores se reintegren con valores aceptables de sus aptitudes y estén acordes para desempeñarse en el alto nivel que requieren las competiciones de Argentina y Sudamérica”, le confió un experimentado PF a este medio.

Al mismo tiempo que los dirigentes de las instituciones definen cómo afrontarán las pérdidas que generó la pandemia y la falta de fútbol (Racing anunció una reducción salarial “importante” al plantel y el cuerpo técnico mientras que Jorge Ameal deslizó alguna medida en Boca), los jugadores lidiaron con el encierro, transpiraron, se movieron y repiquetearon entre los juguetes de sus hijos desparramados y tenders con ropa colgada. Los que cuentan con espacios amplios y un mejor equipamiento son los que más cerca estarán de mantener la condición física y evitar la pérdida de masa muscular. Los que viven en departamentos y disponen de apenas alguna mancuerna, pesa rusa y colchoneta deben apelar al ingenio.

“En el entrenamiento existen factores de carga externos como distancia total, metros en alta intensidad, aceleraciones y desaceleraciones. Es muy difícil trabajar todas esas variables salvo que tengas el espacio físico. Y, si lo tenés, tampoco está el que te compite y obliga al lado. Sería una prueba interesante para un psicólogo que estudie las respuestas de los jugadores y determine perfiles en el regreso”, valoró el ex preparador físico de uno de los equipos grandes de Primera.

De más está decir que a todos les será inviable mejorarse en esta etapa. La meta entonces es no retroceder tantos casilleros durante el receso. Y otro aporte fundamental será el mantenimiento de una dieta acorde que ayude a controlar los niveles de grasa y masa muscular. Acá el papel de los nutricionistas de cada club es tan importante como la obediencia de cada profesional.

¿Cómo será el regreso? El nivel de cuidado ya no será kilómetro a kilómetro sino más bien metro a metro, centímetro a centímetro. Los profes, con conocimiento del calendario local (e internacional en el caso de los equipos que disputen copa), deberán tomar todos los recaudos habidos y por haber. Tendrán que luchar contra las urgencias de la Superliga, la AFA y la Conmebol por reanudar la competencia oficial. Y reactivar los físicos de los futbolistas en una especie de mini pretemporada, con cargas livianas e intermedias al principio.

Volver a ser y maquillar las falencias futbolísticas y físicas en el corto plazo. El desafío que se les viene a los cuerpos técnicos.

*(Los preparadores físicos entrevistados prefirieron reservar la fuente)

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