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Cuotas del créditoCréditos UVA Automotor: exigen inclusión en la ley de emergencia

La devaluación del peso y el aumento de la inflación impactaron directamente en el porcentaje del salario que las familias deben destinar al pago de las cuotas del crédito.

Norma Zalazar es asistente de Farmacia y vive en Güemes, donde también trabaja. A principios de 2018 comenzó a pagar una cuota de $3.800 para acceder a su primer 0 kilómetro. Sus ingresos y las estimaciones inflacionarias de aquel momento le planteaban un panorama posible para la compra del vehículo. Diez meses después, esa cuota inicial se había duplicado; no obstante, el sueño del 0 km estaba más cerca. Usó sus ahorros y entregó 75 mil pesos para la adjudicación. Le entregaron el auto y comenzó a disfrutarlo con una cuota de 11 mil pesos y saldo financiado a través de unidades de valor adquisitivo (UVA). Pocos meses después ese sueño se trasformó en una verdadera pesadilla: Norma está pagando cuotas de 23 mil pesos, mientras sus ingresos mensuales son de 25 mil. «Me quedan solo 2 mil para vivir todo el mes», asegura. Lo peor es que, al día de hoy, la deuda por el capital original no ha disminuido y el plan tiene varios meses por delante, según informó El Tribuno.

La historia de Norma, con matices similares, se repite por cientos en Salta y por miles en todo el país. Se estima que hasta la fecha son más de un millón doscientos mil personas las que accedieron, por uno u otro motivo, al crédito UVA para la compra de vehículos.

Este sistema de financiación bancaria, implementado en 2016 a través de préstamos indexados, ajustables a una unidad de medida aprobada por el Banco Central, se ha transformado en un mecanismo imposible de sostener.

Para el caso de Norma, las cuotas ya superaron ampliamente su capacidad salarial y esta situación la coloca al borde del colapso. «Vivo con mi madre y ella me ayuda con el pago de los servicios. De otra forma no podría continuar» asegura.

Destinar todo el sueldo a la cuota de un vehículo no es negocio y nadie en su sano juicio habría aceptado tales reglas al momento de la firma, pero es que las condiciones de ajuste no estaban en los cálculos de los tomadores y solo los bancos, como suele suceder, olfatearon el negocio y adoptaron medidas para evitar el riesgo.

Ante tal situación y advirtiendo que las cuotas de un vehículo familiar vienen registrando incrementos sistemáticos de $1.000 o más por mes, los endeudados están en alerta: dentro de poco tiempo las cuotas alcanzarán niveles que los salarios promedio no podrán sostener y se movilizaron.

Frente al Banco Central en Capital Federal hicieron una sentada para reclamar por la delicada situación, advirtiendo lo que vendrá. «Será una masacre. No podremos seguir pagando por las subas continuas. Llegarán los embargos y, como si fuera poco, los bancos consideran que la deuda no está saldada, por lo que te quedás sin vehículo y encima con una deuda impagable», reclaman.

«Yo saqué $298.000 en abril de 2017. Empecé pagando $7.100. Voy pagando 32 cuotas. Mi cuota actualmente es de $19.500. Adeudo todavía 16 cuotas. Es decir, que si no aumentara más, cosa que no va a ocurrir, todavía debo $312.000. Si esto no es una estafa, ­no sé que es!», exclamó otra persona.

¿Quedaron afuera por un error? 

El protesta nacional del miércoles pasado tuvo como eje el reclamo para que los deudores UVA de automotores sean incluidos en la ley de “Solidaridad Social y Reactivación Productiva”, aprobada por el Congreso a fines del mes pasado.
Dicha ley impone por un año medidas impositivas, previsionales, financieras, administrativas y sociales destinadas a frenar el impacto de la inflación por la crisis económica.
Esta normativa en el artículo 60 establece: “El Banco Central realizará una evaluación sobre el desempeño y las consecuencias del sistema de préstamos UVA para la adquisición de viviendas y los sistemas de planes de ahorro para la adquisición de vehículos automotor, sus consecuencias sociales y económicas, y estudiará mecanismos para mitigar sus efectos negativos atendiendo al criterio del esfuerzo compartido entre acreedor y deudor”.
Este artículo en particular supone una tranquilidad para los tomadores de créditos UVA hipotecarios, porque están incluidos específicamente en la ley. Pero, riesgosamente, los deudores del automotor no figuran.
“Somos sujetos de derecho y estamos afectados por la mecánica UVA. Los legisladores en el debate mencionaron específicamente el caso de los UVA Automotor y esto se puede ver en las versiones taquigráficas de la sesión. Queremos pensar que el no incluirnos fue un error involuntario en la redacción final de la ley. Se habla en el artículo 60 de los planes de ahorro para vehículos, pero justamente los planes de ahorro no tienen operatoria UVA. Por eso decimos que creemos que fue un error involuntario”, aseguró Zalazar.

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