Apunta a los que no se vacunan. El virus está vaciando las calles y hace huir a millones de turistas.
La perspectiva de tener que “cerrar todo” y no poder “salvar la Navidad”, aumenta la alarma en Italia, con una población de 60 millones de habitantes, mientras los números muestran que se sigue agudizando la pandemia.
La dramaticidad de la situación de Alemania, con 83 millones de habitantes, fue sintetizada por una declaración pesimista de la premier Angela Merkel. Dijo que las medidas actuales “no son suficientes” en su país, incluso si se excluye de la vida social a los no vacunados.
Los italianos se preparan a adoptar medidas crecientes para obligar a los 6,7 millones de no vacs a vacunarse, mientras se acelera con urgencia ampliar a toda la población el refuerzo de una tercera dosis. Nuevos estudios confirmaron que es fuerte la pérdida de las defensas contra los contagios tras seis meses de completada la inmunización.
Se espera que esta semana se decida reducir de seis a cinco meses el plazo para recibir la tercera dosis, que ya se han aplicado 3,2 millones de italianos.
Reabren los centros de vacunación
Están siendo reabiertos los centros de vacunación que fueron cerrados tras lograr que casi el 87% de los mayores de 12 años hayan sido inoculados para recuperar un ritmo alto de inoculaciones con la tercera dosis.
Desde este lunes comenzaron a reservar lugar los mayores de 40 años, mientras se acelera la convocatoria de vacunación obligatoria de médicos y personal sanitario, asistentes en los miles de centros de atención a los ancianos, policias y fuerzas armadas.
La vacunación obligatoria se extenderá al personal de la administración pública que trabaja en la atención al público.
Los gobernadores de las veinte regiones italianas, tanto de la centroderecha como del centroizquierda, coinciden en reclamar al gobierno que aplique el torniquete a los 6,9 millones de no vacs.
En los hospitales, tanto en las salas generales como en la terapia intensiva, la gran mayoría de los internados son los reacios a la vacunación.
Brotan muchos casos de discusiones de hospitalizados que se muestran agresivos con los médicos y enfermeros. Hay casos de médicos que denuncian a pacientes que hasta se niegan a recibir el oxígeno que les salva la vida porque el mayor desastre que produce el virus afecta severamente a los pulmones.
Desde el martes pasado, la pandemia se agravó abruptamente a más de diez mil contagiados por día, con un leve aumento del número de muertos. El domingo fueron 48 los fallecidos, nueve veces menos de los que se registraban hace un año.
Un especialista en reanimación en el hospital Niguarda de Milán, dijo este lunes que la cantidad de no vacunados sigue siendo numerosa y que son ellos los que llegan continuamente. “Pero sí mueren muchos menos que hace un año se debe a la muralla de las vacunaciones”.
Las veinte regiones italianas son todavía todas “blancas”, el color más virtuoso asignado por un sistema automático de franjas de gravedad de la pandemia que ha dado muy buen resultado en Italia.
Para saltar a la franja superior, la medida son las internaciones hospitalarias en las salas generales y en terapia intensiva. Esta semana las dos primeras que están por pasar al nivel amarillo son el Friuli Venezia Giulia y el Trentino Aldo Adigio.
Ambas regiones son vecinas a las fronteras de Austria y Eslovenia, donde reina el infierno de un crecimiento rápido de la pandemia. Debido al intenso tránsito de gente y tráfico de mercaderías, lo que llaman “el viento del Este” trasmite muchas infecciones.
Los hospitales italianos, gracias a la vacunación masiva, registran un promedio inferior del 10% de pacientes en las terapias intensivas y 15% en las salas generales, que produce el primer cambio hacia las medidas restrictivas.
Italia fue el primer país europeo castigado por la pandemia de coronavirus en febrero de 2020. Los daños fueron enormes. El total de contagiados desde entonces se acerca ya a 5 millones de infectados y el de muertos suma 133.172 personas.
Dos grandes regiones del norte, como en la primera oleada, registran el mayor número de contagiados. El domingose registraron 1431 en Lombardía (Milán) y 1261 en el Véneto (Venecia). El grupo es compartido por el Lazio (Roma), con 1216 infectados.
Varios estudios matemáticos dicen que las curvas que muestran la evolución de la pandemia señalan que si se mantiene la violencia de la cuarta oleada en Europa, Italia puede llegar a 20-30 mil contagiados entre fin de año y los primeros dos meses del próximo año, en pleno invierno.
Las medidas
Esta semana están previstas media docena de encuentros en el máximo nivel que deberían anunciar un paquete de decisiones. En primer lugar los gobernadores regionales auspician utilizar el Pasaporte Sanitario reforzado.
El objetivo es apretar a los 6,7 millones de no vacs para que se vacunen y dar certezas a las empresas industriales, los comerciantes y todo el sector de los servicios de que se mantendrá abierto el funcionamiento del país.
Este es un movimiento que acompaña a todos los países europeos, que en Italia daría lugar a un decreto que contendrá la obligatoriedad de la tercera dosis para el personal sanitario y las fuerzas de policía.
Pasaporte sanitario
El Pasaporte Sanitario deberá restringir a los vacunados y curados la circulación en las actividades sociales. También se discute si reducir la vigencia de la Carta Verde de 12 a 9 meses.
El Pasaporte reforzado sería a dos velocidades. Los no vacs serían excluídos de bares, restaurantes, estadios, teatros, cines y otros lugares públicos. Tendrían solo acceso a los lugares de trabajo, los medios de transporte a larga distancias como trenes y aviones.
En los últimos días se ha agrandado la grieta entre la gran mayoría de los italianos y la nutrida minoría de los no vacs que se oponen hasta con violencia a ser vacunados. El fenómeno se repite en los otros países europeos, especialmente en los países del Este del continente, donde los contrarios a la vacuna son mayoría.
En la provincia autónoma de Bolzado (región Alto Adigio), cuya población es en su mayoría de lengua alemana y origen austríaco, es larga la tradición contra las vacunas. La justicia local está investigando la moda entre los jóvenes locales en favor de los llamados “Covid party”.
En la zona donde son más altos los niveles de contagiados en la población debido a la alta proporción de anti vacs, se celebran estas llamadas fiestas, que consiste en visitar en su casa a un contagiado en aislamiento.
Brindis y bailes sirven para tratar de contagiarse el virus, evitar así la maldita vacuna y obtener el Pasaporte Sanitario que da acceso a la vida social y laboral.
Se trata de una ruleta rusa que en Europa ya tiene su colección de funerales de fallecidos en los hospitales que creían en la seguridad de contraer una forma leve de la peste.
Uno de los no vacs juveniles especialistas en los “Covid party” explicó a Patrick Franzoni, que coordina en Bolzano la unidad sanitaria que combate la pandemia, que en una fiesta con un sólo contagiado se puede conseguir que hasta siete participantes también se infecten.
Los jóvenes que eligen esta vía para evitar la vacunación, creen que el contagio les asegura dos semanas de aislamiento y curas, pero que luego no sufren más consecuencias.
Dos jóvenes están actualmente internados en un hospital de Bolzano.
La práctica del “Covid party” se extiende a Alemania, Austria y Eslovena, en las zonas vecinas al Alto Adigio italiano donde galopa la pandemia.
En toda la región del nordeste italiano se esparce la convicción de desde más allá de las fronteras avanza la infección pandémica. Un estudio matemático incluso sostiene que el contagio de ese origen, que multiplica la circulación ya existente en Italia, se mueve hacia el oeste a una velocidad d 9 kilómetros diarios.
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