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Esperan una ola de enfermosCoronavirus en Nueva York: de centro iluminado del mundo a nuevo epicentro de la pandemia con 5.700 casos en 24 horas

La región que abarca la ciudad ya suma el 5% de los casos en todo el mundo. El virus ya pasó a una fase endémica, de contagio comunitario, y estiman que hasta el 80% de la gente enfermará.

Tres semanas después de que se descubriera el primer caso de coronavirus, la región de la ciudad de Nueva York ha alcanzado un hito alarmante: ahora representa aproximadamente el 5% de los casos confirmados del mundo, lo que la convierte en uno de los epicentros de la pandemia mundial, aumentando la presión sobre los funcionarios para tomar medidas más drásticas. La situación empeoró dramáticamente este lunes con 20.875 contagios, unos 5.700 más que el día anterior, afirmó el gobernador Andrew Cuomo, precisando que el 13% de los positivos están hospitalizados, y de estos el 24% usan respirador. Los muertos por coronavirus en el estado de Nueva York son 157. Y 55% de los contagios tiene entre 18 y 49 años.

Haciendo movimientos para detener la crisis desde múltiples frentes, el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo pidió a los funcionarios federales que nacionalicen la fabricación de suministros médicos y ordenó a la ciudad de Nueva York que tome medidas enérgicas contra las personas que se congregan en público. Sugirió que algunas calles podrían cerrarse, como para darle a los peatones más espacio.

El gobernador apuntó directamente a los jóvenes, una sector de la población que es difícil de mantener encerrada en sus casas. «Escuchen jóvenes: 55% de los casos de coronavirus en NYC tienen entre 18 y 49 años. Los jóvenes no son invencibles. Te podes enfermar y contagiárselo al alguien anciano que amas. No deberías poner en riesgo tu salud y no deberías poner el riesgo la salud de otras personas», dijo en un tuit.

El gobernador anunció medidas cuyo objetivo es prepararse para una ola de pacientes, entre otras la instalación de hospitales temporales en tres suburbios de la ciudad de Nueva York y la construcción de un enorme campamento médico en el Centro Jacob Javits en el oeste de Manhattan.

En este momento ya hay hospitales de toda la región de Nueva York que reportan un aumento de pacientes con coronavirus y una inminente escasez de suministros vitales, como ventiladores y máscaras.

Un rápido aumento del volumen de pruebas diagnósticas ha revelado el alcance del brote: la propagación comunitaria del virus, altamente contagioso, ahora parece una obviedad.

En total más de 20 mil personas en el estado de Nueva York han dado positivo, la gran mayoría (12.000) dentro de la región de la ciudad de Nueva York. El número se acerca a la mitad de los casos de Estados Unidos. En todo el mundo la pandemia suma más de 314.700 casos, según recuentos oficiales.

Se ha internado a 1 de cada 8 pacientes en el estado de Nueva York y 157 personas habían muerto el lunes por la mañana, según reportaron funcionarios del estado, aunque el número de víctimas en la ciudad de Nueva York aumentó rápidamente durante el transcurso del día. Cuomo dijo que la mayoría de los fallecidos tenían más de 70 años, un grupo considerado particularmente susceptible a los ataques respiratorios que provoca la enfermedad.

La ciudad de Nueva York produjo una impresión ominosa durante todo el fin de semana: brillante y soleada, pero con sus calles comerciales casi desiertas ahora que los restaurantes y la mayoría de las tiendas han cerrado para detener el coronavirus.

Las luces de Time Square no iluminan a nadie. No se ve un alma en la estación de trenes de Grand Central, habitualmente atestada. Apenas un puñado de personas toman fotos del Puente de Brooklyn, una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad que no duerme.

Los esfuerzos por controlar propagación del coronavirus han paralizado prácticamente la ciudad.

Las acciones más recientes del gobernador se produjeron luego de que Nueva York adoptara medidas más duras para detener la propagación del virus: a partir de las 8 p.m. del domingo se ordenó el cierre de todos los negocios no esenciales, decreto que oscureció los escaparates desde Brooklyn hasta Buffalo. A los residentes se les dijo que se quedaran en casa, y que solo salieran para satisfacer necesidades como comprar alimento, medicamentos y hacer rutinas de ejercicio cortas.

Cuomo y el alcalde Bill de Blasio han repetido enfáticamente que la ciudad de Nueva York no se cerrará, diciendo que todos los medios de transporte, incluidos subterráneos y ferrocarriles de cercanías, continuarán funcionando, a veces en horarios limitados.

«No habrá caos, no habrá anarquía», dijo Cuomo.

Pero también advirtió que vendrían meses de restricciones.

«Nadie puede decir cómo será la línea de tiempo, depende de cómo la manejemos», dijo Cuomo. “Pero al final el 40%, hasta el 80% de la población se habrá contagiando el virus. Todo lo que estamos haciendo es para retrasar la propagación, pero se extenderá».

Mientras que los locales de venta de alimentos, la reparación de automóviles y la comida para llevar quedaban exentos, la vibrante vida comercial y social del estado y la ciudad se ponía «en pausa», como lo expresó Cuomo, lo que ha dado como resultado una enorme cantidad de despidos y, por otro lado, consumidores frenéticos que almacenan alimentos y otras provisiones.

En la ciudad de Nueva York, donde se han informado cientos de casos en cada barrio, De Blasio se expresó de manera contundente sobre cómo serán los próximos días.

«Ahora en la ciudad de Nueva York nos encontramos en el epicentro de esta crisis de los Estados Unidos de América», dijo de Blasio. “No me alegra decirles esto. No les alegra escucharlo».

Esa mañana de Blasio había advertido: “Lo peor está por venir. Abril va a ser mucho peor que marzo. Y me temo que mayo podría ser peor que abril «.

El alcalde, que se ha mostrado muy crítico de la reacción del gobierno federal, dijo que habló con Trump y el vicepresidente Mike Pence la noche del domingo, y dijo que los dos hombres parecían sentir la urgencia de la situación. «Quiero ver que la ayuda llegue rápidamente», dijo de Blasio, y agregó que los hospitales públicos de la ciudad estaban «a 10 días de quedarse sin suministros realmente básicos».

De hecho, los hospitales en la región de la ciudad de Nueva York se enfrentaban a una ola de pacientes, y al mismo tiempo se preparaban para circunstancias más graves.

El gobernador les dijo a los hospitales que duplicaran su capacidad, anticipando una creciente marea de personas infectadas. La afluencia ya era evidente en lugares como NewYork-Presbyterian, donde las autoridades dijeron que habían reportado a más de 500 pacientes con coronavirus el domingo por la mañana. El hospital instituyó una serie de reglas para controlar la propagación del virus, incluyendo la prohibición de parejas en las salas de partos.

Además el estado estaba reutilizando los establecimientos de atención médica ya existentes, como por ejemplo hogares de ancianos, para que actuaran como hospitales temporales. La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE UU. planeaba también convertir el Centro Javits en un centro médico temporal.

En total se prepararán más de 2 mil camas dentro del centro de convenciones, algunas atendidas por personal de emergencia federal. El gobernador seguía pidiendo más ayuda en dotación de personal y suministros, diciendo que los estados estaban compitiendo por los mismos productos de emergencia, haciendo que los precios de artículos básicos como los barbijos se dispararan.

«Este estado no puede manejarlo, los estados de todo el país no pueden manejarlo», dijo Cuomo, demócrata de tercer mandato, y agregó: «Estoy compitiendo con California, con Illinois y con Florida, y no deberían ser así las cosas».

También le pidió al presidente Donald Trump que utilizara la Ley de Producción de Defensa, una ley de la era de la Guerra Fría que permite que las fábricas sean reutilizadas, mezclando elogios al presidente con más pedidos directos de asistencia a las autoridades federales.

Policías enfermos
Nueva York fue la única en endurecer las reglas que afectan a las empresas y la vida cotidiana de sus ciudadanos: hubo restricciones similares en California e Illinois, y en la vecina Nueva Jersey, que también reportó casi 2 mil casos y 20 muertes.

También hubo indicadores de que al personal de emergencia le empezaba a tocar la peor parte. Oficiales de policía de la ciudad de Nueva York dijeron el domingo que el departamento tenía 98 casos confirmados, entre los cuales había 28 empleados civiles.

También hubo muchos informes de infecciones entre presos y guardias en las cárceles.

Cuomo hizo todo lo posible para criticar el comportamiento de algunos residentes de la ciudad de Nueva York, quienes, según él, se estaban poniendo en peligro a sí mismos y a otros al continuar abarrotando parques y espacios públicos.

«Es insensible, es arrogante, es autodestructivo, es irrespetuoso para con el resto de las personas y tiene que parar», dijo Cuomo. «Y tiene que parar ahora».

Con ese fin ordenó a funcionarios de la ciudad que inmediatamente elaboraran un plan para terminar con ese comportamiento, incluyendo ideas como cerrar las calles al tráfico.

Cuomo no llegó a pedir el cierre de parques, y señaló que los espacios verdes más grandes de la ciudad, como Van Cortlandt Park en el Bronx, Central Park en Manhattan y Prospect Park en Brooklyn, eran lo suficientemente grandes como para permitir que las personas estuvieran afuera sin tener contacto cercano con otros.

El portavoz del Consejo de la Ciudad de Nueva York, Corey Johnson, dijo que los parques infantiles, como también las canchas de voleibol y basquet deberían estar cerradas.

De Blasio dijo que los parques infantiles seguirán abiertos por ahora, pero advirtió que no se desinfectan regularmente. Los padres deben asumir la «plena responsabilidad» de mantener a sus hijos saludables y lejos de otros niños, dijo el alcalde.

Mientras se seguían realizando miles de pruebas, algunos líderes de la ciudad sugirieron que la enfermedad se había vuelto tan endémica que los recursos podían emplearse mejor para tratar a los pacientes en lugar de identificarlos.

El concejal Mark D. Levine, demócrata de Manhattan, que preside el comité de salud del Consejo de la Ciudad, dijo en Twitter el domingo que la cantidad de casos positivos no era importante.

«Solo una cosa importa ahora: tratar a los gravemente enfermos», escribió Levine.

Tres medicamentos
Por otra parte, el estado dijo que estaba buscando de manera activa modos de combatir el virus, comprando grandes cantidades de tres medicamentos: hidroxicloroquina, azitromicina y cloroquina, con el objetivo de comenzar los ensayos a partir de esta semana.

Trump ha promovido estos medicamentos como potencialmente útiles para frenar la pandemia, pero los expertos médicos han advertido que su efectividad aún no se ha demostrado en ensayos clínicos.

Como ha hecho repetidamente desde que el coronavirus tomó posesión de su estado, el domingo pasado Cuomo buscó un equilibrio entre los llamados a la acción y las reafirmaciones sobre la resistencia de las personas en tiempos difíciles.

«Hay que superar los desafíos cuando se nos presentan», dijo. «Y este es un período de desafíos para esta generación».

Con información de The New York Times, AP Y ANSA

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