Tras los abusos la obligó a casarse con él cuando cumplió 18. Tuvieron tres hijos.
El abogado defensor del degenerado condenado a 14 años de prisión dijo que cuando la víctima comenzó una relación con un joven, decidió dejar al abusador.
El hombre fue condenado en Salta a 14 años de prisión por abusar sexualmente a su hijastra, a quien sometió desde que tenía 12 años. Hoy la víctima tiene 27 años, y lo denunció en 2018 cuando ya era su esposo y padre de sus tres hijos.
El juez Javier Araníbar lo condenó por considerarlo autor penal y materialmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y por ser cometido contra una menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente.
El caso
La víctima relató que cuando ella tenía diez años, el hombre era la pareja de su mamá y juntos se mudaron a Salta desde Mar del Plata. Ella era la mayor de cuatro hermanos.
El imputado comenzó a abusarla cuando tenía 12 años, cuando su madre viajó a Mar del Plata. Durante toda la estadía de la mamá en la ciudad costera, el hombre la abusó dándole pastillas en la comida y en la bebida. Y para estar solos, el hombre mandó a sus hermanos a la casa de unos amigos.
Una noche, la niña observó que había restos de una pastilla en el fondo de un vaso de gaseosa que él le ofreció. Se sintió mareada y sin fuerzas, por lo que su padrastro aprovechó para comenzar a tocarla y accederla carnalmente.
La denunciante aseguró que cuando le dijo al hombre que iba a contarle a su mamá lo sucedido, él la amenazó.
Los abusos cesaron por un tiempo, hasta que la víctima cumplió 13, y continuaron hasta sus 15 años, cuando su madre decidió separarse y regresar con ella y sus hermanos a Mar del Plata.
En ese momento, la adolescente supo que estaba embarazada y su padrastro le dijo que si se iba, “iba a dejar una criatura sin padre”, como su madre lo había hecho con ella.
La denunciante contó que el acusado le mintió a su mamá diciéndole que el bebé era de un gendarme con quien ella había salido, y la convenció para que no viajara y se quedara en la casa de su abuela paterna. Allí estuvo un tiempo hasta que el hombre la llevó a vivir con él, a una casa alquilada.
En 2011 nació su primera hija y el imputado le decía que tenía que agradecer porque gracias a él tenía comida y un techo, por lo que debía servirlo y ayudarlo en todo.
Mientras ella fue menor de edad, el acusado les decía a los vecinos que era su hijastra. Cuando cumplió los 18, él blanqueó la relación que tenían y, en 2013, se casaron -aún cuando ella no quería- cuando ella estaba embarazada de su segunda hija.
En 2015 la muchacha quedó embarazada de su tercer hijo, y de inmediato comenzaron los problemas de violencia. Él la agredía e insultaba porque no quería tener relaciones, y cuando nació su tercer hijo decidió denunciarlo.
En 2018 le llegó al acusado la notificación de exclusión de hogar, momento a partir del cual los profesionales del juzgado detectaron los indicios de abusos y la damnificada amplió la denuncia.
La defensa del condenado
El abogado defensor del acusado, Roberto Reyes sostuvo que se encuentran a la espera de los fundamentos de la sentencia, para plantear una apelación, según publicó Profesional FM.
Según la hipótesis de la defensa, no había pruebas concretas para sostener la acusación y el relato de la víctima “tenía bastantes huecos”.
En esa línea, Reyes aseguró que “se trató de una pareja con una brecha generacional muy profunda”. En ese sentido, señaló que cuando la víctima tomó conciencia de esta situación y la posibilidad de tener una pareja de su misma edad, decidió terminar la “relación” y radicó la denuncia.
Asimismo, el letrado explicó que su defendido se negó a darle fin la “relación”, momento en el cual la víctima, quien ya estaba en pareja con el policía que la custodiaba, realizó una segunda denuncia por abuso sexual.
Para la defensa, la “relación” comenzó a los 15 años, no a los 12 años como manifestó la víctima. A esa edad, la madre de la joven viajó a Mar del Plata con el resto de sus hijos, y dejó a la víctima en Salta.
En este caso, el abogado señaló que para sostener la hipótesis de una relación consentida, había solicitado que se lo juzgue por estupro.
“De los años anteriores no hay ninguna prueba, más allá de los dichos de la víctima. Pero el procedimiento penal insiste en el principio, casi arcaico y angular, de la duda a favor del reo”, expresó.
Finalmente, Reyes hizo hincapié en que “la pareja” convivió todos esos años, y tuvieron tres hijos, hasta que la mujer consiguió una pareja joven y el acusado comenzó a “molestarla”.
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