Economía y Negocios

Proyecto de leyCon la nueva fórmula, el jubilado no podrá sacar provecho de los aumentos salariales ni del crecimiento de la economía

Es porque siempre se usa el “aumento menor” para calcular los incrementos.

De aprobarse la fórmula de movilidad que impulsa el Gobierno, los aumentos de las jubilaciones y pensiones serán inferiores a los incrementos de los salarios y al crecimiento de la economía.

Es una conclusión de la especialista en Seguridad Social Elsa Rodríguez Romero porque la fórmula establece que para determinar el aumento de septiembre se deben comparar dos variantes y, de ambas, el aumento debe ser el menor.

Las dos alternativas son:

* la evolución por mitades de los salarios y de la recaudación tributaria semestral que va a la ANSeS.

* La evolución de la recaudación total anual de la ANSES, por aportes, contribuciones e impuestos, incrementada en un 3%, previa deducción del aumento de marzo.

Al prevalecer de ambas alternativas la menor, eso significa que los jubilados no recibirán las mejoras salariales cuando superen a la mejora de la recaudación total de la ANSeS, y no recibirán la mejora de esa recaudación cuando sea mayor a la mejora salarial.

“En los dos escenarios el jubilado siempre pierde: o cobra menos que los trabajadores activos, o no participa del crecimiento de la ANSeS. Implica que el jubilado solo participa de las pérdidas de la recaudación o de la pérdida de valor de los salarios, nunca de sus incrementos. Y esto es porque siempre se aplica la variante menor. No es correcto”, dice Rodriguez Romero.

En relación al cálculo de los salarios, la fórmula elimina, de la que rigió entre 2009 y 2017, la cláusula que establecía que entre el RIPTE (Remuneración Imponible de Trabajadores Estables) y el Índice de Salarios del INDEC, debía elegirse “la que resulte mayor”. Ahora se fija que se determinará exclusivamente por el RIPTE. Eso reduce el porcentaje del aumento salarial en la nueva fórmula respecto de lo que establecía la versión original aprobada en 2008.

Por su parte, con los altos niveles de inflación que registra la Argentina, el pase de los aumentos trimestrales a semestrales perjudica a las jubilaciones. La nueva fórmula fija que el aumento de marzo reflejará lo que pasó entre julio y diciembre del año anterior. Y el aumento de septiembre, lo que pasó entre enero y junio.

Así, al espaciar los aumentos jubilatorios de 3 a 6 meses, en base a los semestres calendarios anteriores, y efectivizarse 3 meses después, el poder adquisitivo de los haberes jubilatorios y demás prestaciones sociales va perdiendo mes a mes frente a la inflación, sin recuperar esa pérdida en el siguiente aumento semestral.

Por ejemplo, con una inflación semestral del 15 o 20%, en abril y meses siguientes el haber real va disminuyendo y en agosto el jubilado estaría cobrando hasta un 17% menos que en marzo. Y el aumento de septiembre, no repone esa pérdida y reproduce las pérdidas por la inflación en los siguientes 6 meses.

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