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La pandemiaCómo hicieron Israel y Gran Bretaña para ponerse a la cabeza en la vacunación contra el coronavirus

Ambos países se han adelantado a la mayor parte del resto del mundo acelerando la inmunización de millones de personas. Las claves.

El Reino Unido e Israel se han adelantado a la mayor parte del resto del mundo en la vacunación contra el coronavirus, acelerando la inmunización de millones de personas.

Si bien las nuevas variantes del coronavirus suscitan preocupación, los programas de inmunización acelerada dan señales de estar funcionando. El número de casos, las internaciones y las muertes están disminuyendo en ambos países, lo que permite a sus gobiernos elaborar planes de reapertura.

Bloomberg News ha hablado con Kate Bingham, ex directora del Grupo de Trabajo de Vacunación del Reino Unido, y Ran Balicer, presidente del comité asesor de Covid del Ministerio de Salud de Israel, sobre cómo estos países pudieron actuar con tanta rapidez y qué puede hacer el mundo para prepararse para futuros desafíos pandémicos. Sus declaraciones han sido editadas para mayor claridad.

A la hora de comprar vacunas, tuvieron que asegurarse el suministro sin saber qué vacunas iban a funcionar. ¿Cómo decidieron qué adquirir?

Bingham: Nuestro enfoque fue armar una cartera de vacunas diferentes. Eso significaba combinar las vacunas más avanzadas clínicamente, sobre las que sabíamos menos -que son las vacunas de ARNm y las basadas en adenovirus- con los formatos de vacunas más consagrados. Es decir, vacunas basadas en adyuvantes proteicos y vacunas de virus enteros inactivados. O sea que nuestro enfoque fue elegir las más prometedoras entre los diferentes formatos, con la esperanza de que al menos una o más de ellas tuvieran éxito.

En Israel lo han hecho en gran medida con una sola vacuna hasta ahora. ¿Cómo ha sido eso?

Balicer: Israel tuvo la suerte de obtener de Pfizer una cantidad suficiente para permitir una campaña de vacunación muy amplia. La gran mayoría de nuestras poblaciones de riesgo ya están cubiertas. Estamos empezando a ver los beneficios de este programa de vacunación, ya que observamos un enorme descenso de las tasas de morbilidad grave.

Algunas personas de la Unión Europea son escépticas respecto de la vacuna de AstraZeneca, en la que el Reino Unido confía junto con la de Pfizer. ¿Cómo funciona?

Bingham: Cuando se llevan a cabo diferentes ensayos en diferentes lugares con diferentes mutaciones, puede que no estemos comparando cosas exactamente iguales, pero la evidencia que estamos viendo en Escocia es que la vacuna de AstraZeneca muestra una reducción mayor de las internaciones que la vacuna de Pfizer. Pero la realidad es que ambas son efectivas, ambas son seguras y, si a alguien se le ofrecen esas vacunas, debería aceptarlas.

¿Cómo incidirán las nuevas variantes en las estrategias y en qué medida estamos preparados para hacerles frente?

Bingham: Parte de nuestra estrategia ha sido asegurarnos de poder cambiar rápidamente si hay mutaciones graves que eludan a las vacunas actuales. Por el momento eso no ocurre. Las pruebas que tenemos indican que las vacunas que tenemos actúan frente a la variante del Reino Unido, la de Sudáfrica y la de Brasil. Tenemos dosis procedentes de Novavax que muestran efectos muy profundos contra esas diferentes variantes.

Además, usamos dos estrategias diferentes. Una es explorar la mezcla y la combinación de diferentes vacunas para provocar diferentes respuestas inmunitarias. Además, hemos invertido en la fabricación para poder actualizar rápidamente las vacunas y hacer frente a esas posibles variantes si eluden las respuestas actuales.

Balicer: La variante del Reino Unido ha sido el motor principal del aumento de nuevos casos que hemos visto en los últimos meses. Hemos podido controlarla gracias, al menos en parte, a una campaña de vacunación masiva que, según nuestros datos, ha sido muy eficaz. Todos los datos que tenemos sobre la eficacia de la vacuna proceden de la época en que la nueva variante era la cepa dominante del virus, así que son buenas noticias.

En algún momento tendremos estrategias que mezclen y combinen diferentes vacunas, y también creo que tanto Pfizer como Moderna podrán crear nuevas vacunas adaptadas que sean más apropiadas para esas nuevas variantes a medida que vayan apareciendo.

¿Creen que en algún momento tendremos vacunas polivalentes que funcionen contra cualquier nueva variante que aparezca?

Balicer: No hemos podido hacer eso para la gripe, pero la gripe muta de una manera distinta de la del coronavirus. Aunque sigo teniendo esperanzas, no estoy seguro de que podamos desarrollar una vacuna así. Es posible que tengamos que actualizar la campaña de vacunación anualmente o por temporadas en función de las variantes que aparezcan. Creo que esta cuestión todavía no está resuelta.

¿En qué medida tienen el Reino Unido o Israel la responsabilidad de garantizar una distribución equitativa de las vacunas en todo el mundo?

Balicer: Como país pequeño, es muy poco lo que podemos hacer. Lo que tratamos de hacer es difundir las pruebas sobre la eficacia de la vacuna y, de ese modo, ayudar a otros países a resolver las dudas respecto de las vacunas.

Bingham: Era una responsabilidad fundamental que hemos tomado muy en serio. Una parte importante de lo que hicimos en el Reino Unido es asegurarnos de que los ensayos clínicos que hemos apoyado y llevado a cabo generen datos que puedan ser utilizados por los reguladores de todo el mundo para que esas vacunas puedan ser aprobadas lo antes posible.

Esta no será la última pandemia que enfrente el mundo. ¿Qué podemos hacer para responder aún más rápidamente la próxima vez?

Bingham: Las vacunas actuales, aunque son muy eficaces, no son especialmente adecuadas para su distribución generalizada en todo el mundo. Tenemos costosas cadenas de frío y almacenamiento, una logística complicada, usamos vidrio. Tenemos que encontrar formatos que solucionen todo eso: escalables, estables, baratos, idealmente sin profesionales de la salud involucrados, o sea sin agujas, sin diluciones in situ. Ahí es donde deberíamos invertir.

Balicer: También tenemos que mejorar los mecanismos de vigilancia. Gracias a los tremendos esfuerzos del Reino Unido, que ha realizado una secuenciación enorme y sistemática, tenemos la información a tiempo para que otros países se preparen para cualquier variante que se produzca. Es necesario armonizar nuestros mecanismos de vigilancia para poder llegar a conclusiones de forma más rápida.

Tenemos que mejorar nuestra capacidad para crear vacunas menos costosas y menos complicadas que podamos producir rápidamente y difundir en todos los países, independientemente de su capacidad para disponer de una logística más costosa.

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