Sociedad

Infancia Colecho sí o colecho no: ¿qué tan bueno es dormir con los niños?

Los defensores de esta práctica aseguran que favorece la autoestima y la seguridad del chico. Los que están en contra señalan que crece el riesgo de muerte súbita y de dependencia emocional

El colecho es una práctica ancestral de la humanidad. Muchos padres lo llevan adelante y, en algunos países, es una costumbre que va en aumento. Los argumentos a favor y en contra proliferan. Entre los primeros se encuentran defensores de la teoría del apego, quienes señalan que esta práctica refuerza la autoestima del niño, según publicó EL Tribuno. 

En tanto, sus detractores consideran que conlleva un mayor riesgo de muerte súbita y que, además, afecta el desarrollo de la personalidad.

Pero ¿qué es el colecho? El término proviene del término inglés “co-sleeping” y alude a la costumbre de que padres e hijos pequeños duerman juntos. La definición de colecho es un poco ambigua: algunos se refieren exclusivamente a dormir en la cama de los padres, mientras que otros incluyen el dormir en la misma habitación, pero en otra cama o cuna. En Salta

En nuestra provincia los cultores y detractores del colecho son numerosos. “Duermo con mi hija en una habitación y mi marido con mi bebé de un año en otra. No me siento segura de que mi hija duerma sola aún y así nos distribuimos el cuidado de los chicos más equitativamente”, contó a El Tribuno Guadalupe, mamá de Sol, de tres años y de Gastón, de 8 meses. 

“El colecho es una práctica que hoy tiene un gran auge alrededor del mundo y es casi como un retorno a lo natural, a épocas primitivas. Salta no escapa a este auge a nivel mundial, sin embargo es una práctica que ya venía desarrollándose sin la especificidad que se le da hoy”, señaló el psicólogo Matías Arroz. 

Por su parte, el Lic. Diego Dutto destacó: “Todo palo tiene dos puntas siempre. El colecho conlleva aspectos positivos y negativos, aunque son más estos últimos. Para los padres es hermoso dormir con su hijo, especialmente cuando es bebé. El tema es que no se haga costumbre, porque la costumbre se hace ley. Lo ideal es que el niño tenga desde bebé su propio espacio, porque le genera mucha más seguridad al ver que puede dormir solo. Eso no significa que no haya excepciones y que, por ejemplo, ante alguna pesadilla o si está enfermo, el niño pueda ir con sus padres a dormir”.

Los argumentos a favor
Quienes consideran que el colecho es una práctica muy positiva, destacan que favorece el desarrollo de la personalidad y la confianza del recién nacido, situación que se trasladará a la vida adulta.

“La especie humana, al nacer, necesita de manera inexcusable de la asistencia de otros para sobrevivir. El colecho implica mayor tiempo en cercanía con el cuerpo de los padres y hace que la separación e individuación de éstos, principalmente de su madre, sea menos traumática”, sostuvo el Lic. Matías Arroz.

En esta línea, se sitúa la teoría del apego, la cual afirma que el dormir con los niños favorece el lazo con los padres, la autoestima y la confianza. 

Se dice que el bebé se duerme más tranquilo con la presencia de la mamá y que se refuerza el vínculo afectivo con los padres.

“Entre los beneficios, se destacan la regulación del sueño y de la temperatura, se estabilizan los niveles hormonales, el ritmo cardíaco y la respiración. Funcionan mejor el sistema inmunitario y la producción de encimas, que regulan muchos procesos del cuerpo, y disminuye el riesgo de muerte súbita, además de ser más práctico para los padres estar cerca del bebé”, detalló Arroz.

Por su parte, la psicóloga Carina Salas agregó: “Entre sus aspectos positivos, el colecho también facilita la lactancia, ya que apenas se despierta el niño la madre está allí para darle el pecho”. 

Los argumentos en contra
Los que sostienen que el colecho es negativo se basan en el riesgo de asfixia o aplastamiento del bebé.
También consideran que esta práctica puede interferir en la relación de la pareja y afectar la independencia emocional del pequeño.

“El colecho es beneficioso en los primeros meses de vida. Pero no es aconsejable que se extienda demasiado el tiempo, ya que parte del proceso fundamental del desarrollo de la personalidad se da cuando podemos separarnos de nuestros padres y distinguirnos de ellos. Es necesario que el niño duerma en un espacio diferente a partir del año.

Puede pasar de la cama de los padres a un lugar distinto, pero dentro de la habitación para luego dar el salto a su propio cuarto. Cuanto antes se dé este proceso, más beneficioso será para el desarrollo de la personalidad”, destacó el Lic. Arroz. 

En tanto, Carina Salas afirmó: “Hay mucha controversia al respecto. Los límites entre los niños y sus papás se desdibujan y no hay una idea clara de lo tuyo, lo mío y lo nuestro. No hay proceso de diferenciación. Además, favorece la dependencia emocional del niño. Es importante que el bebé aprenda a autorregularse, es decir, a calmar sus estados emocionales a partir de la seguridad y disponibilidad que le da el adulto y este apego sano con los padres se desarrolla durante el día, cuando juega, come, etc.”.

A tener en cuenta
Lo cierto es que el colecho debe ser una decisión tomada de forma consensuada entre ambos padres. 
“La decisión debe ser de los dos y con las medidas de seguridad correspondientes. El colecho no puede surgir como respuesta a una necesidad de los adultos, como el cansancio cotidiano, o por peleas de pareja”, señaló Salas.

Por su parte, el Lic. Arroz hace hincapié en la necesidad de un límite temporal para no entorpecer el desarrollo de la personalidad. 

“Es una práctica recomendable para que el desarrollo de la personalidad y la diferenciación del niño de sus padres sea menos traumática. Pero solo en los primeros meses de vida y debe quitarse paulatinamente”, afirmó. 
Sin extremismos

Finalmente, tanto Diego Dutto como Carina Salas coinciden en que, más allá de la decisión tomada, ningún extremo es positivo ni saño.

“No hay una sola forma de hacer las cosas y los extremos nunca son buenos. A pesar de las controversias, está bueno que los niños tengan su espacio de individualización y autorregulación, como también está muy bueno que disfruten de momentos en los que puedan dormir con sus papás”, concluyó Carina Salas. 

Recomendaciones para un colecho seguro y responsable
Muchos pediatras no recomiendan que el bebé duerma en la misma cama que los padres ante el riesgo de que pueda sufrir muerte súbita, asfixia o bien aplastamiento por parte de un adulto.

Sin embargo, tomando ciertas precauciones y estando informados es posible llevar esta práctica adelante con seguridad y de una manera responsable.

A numerosas mamás les resulta más cómodo y práctico estar junto al bebé para poder alimentarlo y hacerlo dormir con mayor facilidad cada vez que se despierta durante la noche.

Cabe señalar que los riesgos no son inherentes al colecho en sí mismo, sino a determinadas circunstancias.
Entre ellas, se puede mencionar el exceso de abrigo del bebé, el dormir boca abajo o de costado, así como la presencia de almohadas, almohadones, acolchados y mantas que puedan cubrir accidentalmente al niño.

El dejar al dejar al bebé en una cama sin supervisión de adultos lo expone a caídas y los riesgos asociados.
Investigación
Un estudio que fue realizado en el Reino Unido en 2014, en el cual se incluyeron 400 casos de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) y 1.400 controles, no encontró una asociación entre el colecho y la muerte súbita del lactante en ausencia de los siguientes factores de riesgo: consumo materno de alcohol, drogas y cigarrillo, y prematuros/ bajo peso, entre otros.
En tanto, la Sociedad Argentina de Pediatría, en su informe “Colecho en el hogar, lactancia materna y muerte súbita del lactante”, señala que el colecho constituye una práctica ancestral de la humanidad que tiene una fuerte asociación positiva con la lactancia.
Entre sus riesgos, el informe destaca el aplastamiento del bebé por parte de un adulto, que el bebé quede boca abajo en algún hueco del colchón y eventuales caídas de la cama.
Recomendaciones
En tanto, la institución realizó las siguientes recomendaciones al momento de practicar el colecho.
– Compartir la habitación de los padres, pero no la cama. La cuna al lado de la cama es lo más aconsejable. Unicef, en su guía “Compartiendo la cama con tu bebé”, indica que “el lugar más seguro para un bebé a la hora de dormir es una cuna adosada a la cama de los padres”. 
– No se recomienda el colecho si alguno de los padres presenta una disminución de la capacidad para despertarse debido a fatiga extrema, ingesta de medicación sedante, alcohol o drogas.
– En caso de decidir que el bebé duerma en la misma cama con los padres, no debe hacerlo sobre una superficie blanda, como almohadas, colchón de agua, colchas mullidas, piel de cordero, etc.
-Hay que ubicar al bebé al costado de uno de los padres, no en el medio de ambos y siempre debe dormir boca arriba.
– El colchón debe ser firme y del mismo tamaño de la cuna. En ésta no debe colocarse ningún tipo de objeto, sea almohada, nido, chichonera, colchas, frazadas gruesas o juguetes.
– Se debe tapar al niño hasta las axilas y con los brazos por fuera de la colcha o sábana, además de evitar el exceso de abrigo.
Finalmente, entre los beneficios, la Sociedad Argentina de Pediatría destaca que el colecho facilita la lactancia exclusiva hasta los 6 meses.

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