El cuervo volvió a ganar en el Martearena después de más de siete meses gracias a su gran labor ofensiva y, de yapa, arrancó el año volviendo a la zona de clasificación. Fue 2 a 0, con goles de Maxi Padilla y Gonzalo Ríos.
Central Norte arrancó su año futbolístico sacándose una “sal” de aquellas, incómoda, amarga, a veces ingrata y otras tantas difícil de explicar desde la lógica. El cuervo, con un baño dulce, se sacó de encima esa sal que lo torturó en gran parte de 2019, y que paradójicamente comenzó a nacer tras una efeméride inolvidable, después de aquel 16 de junio del retorno al Federal A.
Aquella vez, ante Guaraní Antonio Franco y una marea negra de miles de personas, Central ganaba por última vez en el Martearena. Tuvieron que pasar más de siete meses. Y ayer pudo sacarse esa mochila, pero no solo eso: se volvió a meter en zona de clasificación.
Y lo hizo con contundencia y una buena actuación de sus intérpretes ofensivos, venciendo 2 a 0 al apremiado Juventud Unida de Gualeguaychú en el reinicio del torneo. Y pese a sus vacilaciones defensivas, al costoso retroceso de sus laterales y a los intervalos de sensación de inseguridad que genera el cuervo cada vez que lo atacan, hizo lo que debía.
Central se adueñó del partido de entrada, a tal punto que antes del gol tempranero de Maxi Padilla (a los 13’, llevándose puesta la pelota en el área chica tras un centro preciso de Barraza y una habilitación del Bocha Rodríguez de cabeza), el local tuvo con Reyes y con Ríos el grito de gol ahogado.
El cuervo comenzó a ceder esa furiosa marcha promediando el minutos 25’, cuando la visita testificó los desacoples defensivos del azabache en cada contra y comenzó a animarse más y a crecer de la mano de Larrea, Lonardi y Caraballo.
En el complemento, el cuervo soportó un largo asedio inicial y lo sufrió, pero el ingreso de Young por Barraza permitió que Juan Rivas se adelante unos metros y se entienda mejor con Ríos y Reyes. Y entre los tres fueron punzantes: a los 8’ Ríos quedó solo en posición de gol y definió desviado; luego el arquero Starópolis le ahogó el tanto a Rivas y en la derivación de la misma jugada, el mismo Rivas estrelló el travesaño.
Pero la propuesta dio réditos a los 30’, cuando Ríos culminó una gran jugada colectiva que nació del arco de Pegini, siguió con la “lanza” del Bocha, y pasó por Rivas, Gaggi y un gran pase de la Perla para su nuevo socio, que se dio el lujo de enganchar con el arco desguarnecido y liquidar el pleito.
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