Determinaron que la paciente no fue informada de los riesgos a los que se exponía y que el centro médico no tenía los elementos necesarios para poder reanimarla.
La muerte de María Cristina Ulibarri en un centro médico de la calle Santa Fe al 100 había generado dudas y fue caratulada como “dudosa”. En las últimas horas el fiscal que investiga el caso imputó a una médica por el delito de homicidio culposo por mala praxis.
El 13 de abril, la víctima llegó al centro médico acompañada por una hermana para realizarse, una vez más, unas punciones para aliviar un dolor que aquejaba en la espalda. Ese día le realizaron una infiltración radicular en la zona cervical y falleció a los minutos pese a ser asistida por profesionales del Samec.
A partir de ello la fiscalía penal 1 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, a cargo de Pablo Rivero, tomó intervención y pudo verificar que en el centro médico donde falleció Ulibarri no había elementos necesarios para poder reanimarla en caso de emergencia. También, que la práctica se llevó adelante sin pedido de un médico que aconseje la misma y no se requirió a la paciente un consentimiento previo, teniendo en cuenta que se trata de una práctica invasiva y riesgosa, que no fue informada debidamente a la paciente.
Norma Beatriz Brandoni fue imputada y durante la audiencia la profesional se abstuvo de declarar.
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