Durante la séptima audiencia del juicio contra Sergio Vargas y Nicolás Cajal por el homicidio de Jimena Salas, declararon nueve testigos, entre ellos, familiares y la ex pareja de uno de los imputados.
Los jueces de la Sala VII del Tribunal de Juicio, escucharon la declaración de la ex pareja de Sergio Vargas, quien contó que la relación se terminó en 2012 y que existía una perimetral por violencia de género. Además, la mujer confesó que el imputado no tenía un trabajo fijo y que de vez en cuando aparecía con mucho dinero.
La testigo agrego que Vargas si tenía varios chips de celulares y recordó que una vez lo fueron a buscar en un auto oscuro, unas personas raras para exigirle que les devuelva algo que aparentemente les pertenecía. “Nunca lo vi con estupefacientes pero los vecinos me contaron que se drogaba”, aseveró.
Otro de los testigos que sobresalió, fue el hijo de la ex pareja de Vargas. El muchacho fue contundente a decir que “Sergio no era una buena persona” y contó que una vez lo vio sacar fajos de dinero de entre cien y quinientos pesos de su mochila y que le habría contado que era producto de un robo en Villa Palacios. Finalmente, el testigo aseguró que el imputado solía cargar cuchillos y que una vez también había robado objetos de la obra de construcción donde trabajaban junto a su abuelo.
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