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Durante la pandemiaCasi 100 jugadores se fueron al exterior: ¿el peor éxodo de la historia?

Durante la pandemia, 97 futbolistas emigraron y la tendencia va en aumento.

Vuelve el fútbol de Primera después de siete meses. Con todos contentos y listos para disputar la Copa de la Liga Profesional, un formato reducido que tendrá un campeón y cupos en las copas internacionales. Sin embargo, muchos futbolistas estarán ausentes. Entre el ya lejano marzo de este año y estos días de octubre, casi un centenar (97) de los jugadores que actuaron en la última Superliga se fueron del país.

Hay nombres pesados y ventas millonarias, como la de Lucas Martínez Quarta a la Fiorentina, Adolfo Gaich al CSKA de Moscú, Juan Fernando Quintero al Shenzhen de China, Emanuel Reynoso al Minnesota United, Matías Zaracho al Atlético Mineiro o Lucas Robertone al Almería. También préstamos por un año y varios contratos finalizados que dieron el salto a otras ligas en busca de mayor tranquilidad económica.

De los 97 jugadores que emigraron, 25 son extranjeros, lo que reduce un poco el éxodo de futbolistas argentinos. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿Es un éxodo significativo? ¿Es comparable con otros momentos del fútbol argentino? ¿La crisis económica profundizada por la pandemia de coronavirus es la cuestión principal? ¿Se agudizará el año que viene cuando finalicen los contratos que se extendieron en junio?

Hubo un leve crecimiento en comparación con las dos temporadas anteriores. Los 97 jugadores que partieron representan el 12,3% de los que actuaron en los 24 equipos de la Superliga 2019/20 (casi 800 jugadores). El porcentaje es cuatro puntos porcentuales mayor al receso anterior, obviamente más corto.

Entre la finalización de la Superliga 2018/19 y el arranque de la siguiente, 76 de los 932 jugadores de los equipos de Primera se fueron al exterior (para la comparación se incluyen también los futbolistas extranjeros), es decir, un 8,1%. Una leve baja con respecto al año anterior.

Hay que recordar que en la temporada 2017/18 hubo 28 equipos en Primera División y por eso la cifra de jugadores que actuaron en Primera División superó el millar: 1083. Y en el recambio para el nuevo torneo se fueron 98 jugadores al exterior, apenas uno más que en 2020. Esa cifra representó un 9%.

El éxodo, eso sí, aún no terminó. El fútbol brasileño tiene el libro de pases abierto y está tentando aún a varios jugadores. El último en partir fue Matías Zaracho, de Racing al Atlético Mineiro. Nada es casualidad. El técnico es el argentino Jorge Sampaoli y el equipo es líder del Brasileirao junto con el Inter de Porto Alegre, cuyo entrenador también es un compatriota: Eduardo Chacho Coudet.

Las cláusulas de rescisión resultan un freno para la voracidad económica de otras ligas. Sucede con Ignacio Fernández, de River, pretendido por el Atlético Mineiro, Inter y Palmeiras, pero ninguno puede desembolsar 10 millones de dólares ahora. En un junio de 2021 bajará a 7 millones, así que a mitad del año que viene tal vez Nacho también emigre.

Hay dos destinos principales para los jugadores argentinos: el resto de América y Europa. La disputa es muy pareja. Con la salida de Zaracho a Brasil, 45 futbolistas siguen camino en el continente americano, mientras que 43 cruzaron el océano hacia países europeos. Otros 9 partieron camino a Asia, como el colombiano Juan Fernando Quintero, cuyo pase a China se acaba de destrabar.

El talento argentino siempre fue requerido. No es novedad. Desde el momento en que Enrico Marone Cinzano, el heredero de la empresa italiana Cinzano, vinculada a mediados de los años 20 al Torino, vio jugar a Julio Libonatti de Newell’s Old Boys en Rosario y le ofreció mucho dinero para ir a Italia. Todavía no se había organizado la Serie A profesional, pero el amateurismo marrón estaba más aceptado allá que acá.

Así, después, hubo cuatro argentinos en el seleccionado italiano campeón del mundo en 1934. Todos oriundis: es decir, con raíces italianas. Sin embargo, aún nada se compara con el éxodo de fines de los 40, la profunda pelea que hubo entre los jugadores y los dirigentes por el reconocimiento gremial y las condiciones contractuales y, casi en paralelo, la nueva liga profesional colombiana, no afiliada a FIFA, que tentaba con sus dólares.

En 1948 había 11 argentinos jugando en la Dimayor, en 1949 se sumaron 43 y en 1950 otros 28. En total, 82 argentinos jugando en Colombia, la mayoría con pasado en Primera División. El peso de los nombres que se fueron lo dicen todo: Alfredo Di Stéfano, Adolfo Pedernera, Julio Cozzi, Néstor Rossi, Oscar Sastre, Manuel Giúdice, Angel Perucca, Aristóbulo Deambrosi y René Pontoni, entre otros.

También Italia fue un destino mayoritario: hacia allí partieron Roberto Avallay, Roberto Alarcón, Mario Boyé, José Curti, Juan Carlos Lorenzo, Rinaldo Martino, Mario Sabbatella y Benjamín Santos. Cuentan los libros de historia que fue el gran éxodo, que el fútbol argentino quedó diezmado y esa fue una de las razones del aislamiento internacional (ausencia de los Mundiales 1950-54 y Sudamericanos 49-53). Y no es cuento: se fue un 25 % de los jugadores de Primera y Segunda de la época.

A principios de los 70, después del Mundial 82 y luego de 1995 con la aplicación de la Ley Bosman en Europa siempre hubo éxodos. Aún con diferencias de cantidad y porcentajes, este 2020 será recordado, entre muchos otras cosas, como el año que muchos jugadores del fútbol argentino se fueron al exterior.

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