Así como conmovió la noticia de su muerte, imposible no reparar que ayer -lunes 4 de julio- fallecía su ex esposa, Liliana Caldini, a los 70 años.
Bastó que este martes ((5 de julio) se conociera la noticia de la muerte de Cacho Fontana -a los 90 años- y fue imposible no pensar en un curioso hecho… (¿del destino?): que ayer (lunes 4 de julio), a los 70 años, fallecía la ex modelo y actriz Liliana Caldini, su ex mujer y madre de sus hijas, las gemelas Ludmila y Antonella.
Caldini había saltado a la fama a los 18 años, cuando protagonizó una famosa publicidad de los cigarrillos Chesterfield. Bailaba con la canción Tiritando, un clásico de Donald. De esta forma, se metió en el recuerdo popular argentino.
De minifalda, botas altas, polera adherida al cuerpo, bastó que se acomodara la sedosa melena rubia frente al espejo para hipnotizar a un país con aquel aviso. «Las olas y el viento, y el frío del mar…» sonaba de fondo ese pegadizo tema, mientras la chica encendía un cigarrillo y bailoteaba en su living. La cámara se enamoró enseguida de aquel rostro.
La historia de amor
Con Cacho Fontana estuvieron casados 12 años. Tras ser figura de tapas de revistas, relegó su carrera y trabajó como productora del famoso conductor. En una entrevista reciente con La Nación contaba que tenían «una relación bárbara» y que con el paso de los años se convirtieron en «buenos amigos». También admitió que estaba dispuesta a regresar a la TV y se animó a hablar de la muerte.
Todo había comenzado a comienzos de 1970. El la había entrevistado a esa hermosa modelo y actriz rubia de 17 años como integrante de Los Campanelli, la tira familiar que copaba el rating los domingos al mediodía por esos años. Cacho venía de separase de Beb Bidart; tenía 38 años..
«Tengo miedo a morirme sufriendo», confesó ella hace poco. «Ojo, tampoco me gustaría vivir muchos años. Me gustaría vivir mientras me pueda valer por mí misma».
«Si (con Cacho) no hubiéramos tenido a las chicas, el contacto se habría cortado, pero al tener dos hijas juntos, siempre nos mantuvimos comunicados. Y después, con los dos nietos, ni te digo. Además, como Ludmila vive afuera y Antonella trabaja mucho, a veces yo asumo algunos roles para estar cerca de él si necesita algo».
Los nietos, «lo mejor de mi vida»
«Los nietos son lo mejor que me pasó en la vida. Son mis edecanes y mis motores», agregaba nostálgica. «Cuando decaigo, están ellos. Están en mi mente y en mi corazón. Lucas tiene 22 años y estudia Economía; Joaquín, de 21, juega al fútbol y hace poco se fue a vivir a Miami. Lo extraño horrores».
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