Espectáculos

Estados UnidosArrestaron a la actriz Felicity Huffman, envuelta en un fraude millonario con exámenes universitarios

Una investigación del FBI reveló un esquema de sobornos que involucra a instituciones educativas de primer nivel en Estados Unidos

El FBI expuso este martes una enorme y millonaria trama de sobornos para el ingreso a prestigiosas universidades de los EEUU, que involucra al menos 46 personas, entre ellas a la actriz de Full House Lori Loughlin y a Felicity Huffman de Desperate Housewives.

En total, los acusados pagaron un total de 25 millones de dólares.

Según los documentos, los acusados pagaron millones en sobornos para que sus hijos ingresaran en universidades de élite como Yale, Stanford, UCLA, Georgetown, Universidad de San Diego, Universidad de Wake Forest, y la Universidad de Texas.

La Universidad de Yale figura entre las instituciones señaladas

La Universidad de Yale figura entre las instituciones señaladas
 

La trama judicial involucra estrellas de TV, millonarios y una red de empleados universitarios que por dinero conseguían que los hijos de los ricos y famosos entraran a la universidad de su elección. La acusación detalla que, luego del pago un soborno, podían conseguir cambiar los resultados de las pruebas o hacer pasar a sus hijos como atletas para que pudieran entrar a las universidades como parte de sus equipos. 

La nominada a los Oscar, Felicity Huffman, fue acusada de conspiración para cometer fraude, según los documentos judiciales presentados en el tribunal federal de Massachusetts.

Una fuente policial confirmó a CNN que Huffman fue arrestada en Los Ángeles. 

En cuanto a Huffman y su esposo, el actor William H. Macy, pagó USD 15.000 para que su hija mayor pasara la prueba de ingreso. Una cantidad de dinero que la protagonista de Desperate Housewives habría disfrazado como una donación caritativa.

La acusación dice que a la joven se le dio el doble de tiempo para tomar el SAT (examen de admisión que utiliza la mayoría de las universidades de EEUU), que al resto de los estudiantes, y el supervisor acordó corregir secretamente sus respuestas.

En los documentos judiciales consta que uno de los directivos de la universidad se habría reunido con Huffman y su marido en su casa de Los Ángeles para explicarles a la pareja qué debían hacer si querían que su hija Sofia, de 18 años, estudiara en la institución sin seguir los procedimientos establecidos. La familia aceptó el trato. 

Macy y Huffman también son padres de Georgia Grace Macy, de 16 años.

En la denuncia se señala que la actriz y Macy- que no figura como procesado- habían pensado en utilizar el mismo método con su otra hija, pero finalmente desistieron.

Felicity Huffman (Grosby)

Felicity Huffman (Grosby)

William H. Macy y Felicity Huffman(Reuters)

William H. Macy y Felicity Huffman(Reuters)

William H. Macy y Felicity Huffman posan con sus hijas: Sophia y Georgia

William H. Macy y Felicity Huffman posan con sus hijas: Sophia y Georgia

Lori Loughlin también fue imputadas de asociación ilícita para cometer fraude.

En el caso de Loughlin y su marido, el diseñador Mossimo Giannulli, aceptaron pagar sobornos de USD 500.000 a cambio de que sus dos hijas fuesen aceptadas en el equipo de remo de la Universidad del Sur de California (USC, por sus iniciales en inglés), pese al hecho de que no practicaban ese deporte, y así facilitar su admisión.

Giannulli también fue detenido, según informó Variety. 

Loughlin no estaba en su hogar, y las autoridades están buscándola para detenerla, dijo Laura Eimiller, una portavoz de la oficina del FBI en Los Ángeles.

Lori Loughlin con una de sus hijas (AP)

Lori Loughlin con una de sus hijas (AP)

En la lista de acusados también aparecen personalidades de renombre en el sector empresarial local: Jane Buckingham (CEO y fundador de Trendera), Manuel Henriquez (CEO de Hercules Capital), Elizabeth Kimmel (presidenta de Midwest Televisions, Inc.) y Robert Zangrillo (fundador de CEO de Dragon Global), entre otros.

Gran parte de la investigación se basa en William Rick Singer, el fundador de un negocio de preparación y asesoramiento universitario con fines de lucro conocido como «The Key».

Según lo establecido en la acusación, Singer supuestamente pagó a los entrenadores de la universidad para que dijeran que un posible estudiante debería ser aceptado en la institución porque el estudiante era un recluta para su equipo deportivo. Sin embargo, Singer y los coach sabían que el estudiante no era un jugador competitivo y que su perfil atlético era falso.

«Estos padres son un catálogo de riqueza y privilegio», afirmó el fiscal para el Distrito de Massachusetts, Andrew E. Lelling, quien calificó el caso como «el escándalo de admisión a la universidad más grande jamás procesado por el Departamento de Justicia».

Lelling explicó que, tanto los entrenadores como los consejeros de admisiones privadas, habrían recibido millones de dólares a cambio de ayudar a que los estudiantes fueran admitidos como atletas, independientemente de su capacidad académica o deportiva. 

«Desde comienzos de 2011, y de manera continuada hasta el presente, los acusados – principalmente individuos cuyos hijos estaban aplicando para entrar en la universidad – conspiraron con otros para facilitar la admisión de sus hijos a universidades», indicó Lelling. El funcionario despegó a los jóvenes del escándalo. «En muchos casos, los estudiantes que tomaron los exámenes no sabían que sus padres habían arreglado esta trampa». 

«Por cada estudiante admitido mediante fraude, un estudiante honesto y verdaderamente talentoso fue rechazado», dijo el fiscal a cargo del escandaloso caso.

La investigación apodada «Operation Varsity Blues» continúa. Las autoridades creen que hay otros padres involucrados. Las escuelas mismas no son objeto de investigación, señaló. 

De acuerdo con una investigación llevada a cabo por el FBI en Boston, el esquema consistía en facilitar el engaño en los exámenes para los estudiantes y sobornar a los administradores y entrenadores para reclutar estudiantes como atletas.

Para los exámenes de ingreso a la universidad, se facilitó el engaño «en algunos casos haciéndose pasar por los estudiantes reales, y en otros al proporcionarles respuestas a los estudiantes durante los exámenes o al corregir sus respuestas después de haber completado los test», según la denuncia penal, que involucra a casi 50 personas. «En muchos casos, los estudiantes que tomaron los exámenes no sabían que sus padres habían arreglado esta trampa», dio a conocer el FBI en conferencia de prensa.

Los entrenadores y administradores de la universidad «designaron a los aspirantes como presuntos reclutas atléticos, independientemente de sus habilidades, y en algunos casos, a pesar de que no jugaran el deporte que supuestamente fueron reclutados».

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