Esta glándula ganó protagonismo para muchos y se la apodó «el punto G masculino». Cómo funciona y cómo estimularla.El origen de la palabra sigue siendo debatido. Algunos estudiosos de la historia de la medicina apuntan al griego “prostátēs”, que significa “el que está adelante”, pero parece tratarse de un error de traducción. Herófilo llamó “parastátēs adenoeides” o “ayudantes glandulares” a la próstata.
Galeno, uno de los padres de la medicina antigua, escribió que se trataba de unas «glándulas que vertían un humor (líquido) en las vías urinarias del hombre para excitar el acto sexual”. En aquel entonces, se pensaba que eran dos, quizá porque se contaba a las vesículas seminales.
Al igual que con otros saberes científicos, no se profundizó demasiado en su estudio hasta el Renacimiento. En el siglo XVI, el médico italiano Niccolo Massa (1485–1569) se refiere a una glándula carnosa sobre la cual reposa la vejiga masculina. Lo apunta en su libro Anatomiae libri introductorius “Introducción a la Anatomía” y por eso se le atribuye haber “redescubierto” la próstata.
Unos años más tarde, el prominente cirujano Andrés Vesalio (1514-1564) pasará a la historia por sus disecciones, su extenso tratado de anatomía y también por publicar la primera ilustración de la próstata; algo que Leonardo Da Vinci pasó por alto cuando dibujó el aparato seminal. Desde entonces, la próstata se estudió como un órgano único.
Adoptar la asociación de “punto P”, haciendo una analogía al debatido “punto G” de la mujer, fue una invención de la segunda mitad del siglo XX. El área también incluye la pared anterior del recto, cercana a la próstata.
Para la sexología normativa, el “punto P” no era mencionado como una zona erógena, pero todo cambió en 1981 con la publicación del Hite Report. Allí se mostraban testimonios de varones heterosexuales que disfrutaban de la estimulación anal y alcanzaban el orgasmo. Aún hoy, muchos siguen asociando esa práctica únicamente con relaciones entre personas del mismo sexo.
5 curiosidades que quizá no sabías sobre la próstata y el punto P
1. Con la próstata, el tamaño sí importa
A los 20 y 30 años esta glándula suele tener las dimensiones de una nuez, pero conforme pasan los años puede presentarse un agrandamiento anormal, quizá escuchaste sobre la “Hiperplasia Benigna de la Próstata” o HPB.
Al estar ubicada por debajo de la vejiga y envolviendo la uretra, el agrandamiento de la próstata después de cierta edad puede causar molestia o dificultad al orinar o también un aumento en la frecuencia de micción durante el día y la noche.
La HPB no es igual a la existencia del cáncer de próstata, pero sí comparten la sintomatología. Por eso, es fundamental hacerse chequeos anuales con especialistas en urología y examinar sus dimensiones. Según el último relevamiento del Ministerio de Salud de la Nación “la tasa de mortalidad por cáncer de próstata para el país en 2020 fue de 10,3 defunciones por cien mil varones”.
2. La zona P se puede estimular de varias formas, no solo a través de la penetración
El médico especialista en Tocoginecología y sexólogo clínico Adriel Hudson (MN 91238) explica a Clarín lo siguiente: “Para la estimulación del punto P hay que saber que la próstata está en la base de la vejiga, a unos 5 centímetros de profundidad del borde del ano, sobre la cara anterior del recto”.
En ese sentido, Hudson afirma que “se puede estimular de distintas formas: masajeando el periné (la zona que se encuentra entre los testículos y el ano), masajeando y haciendo algo de presión sobre el ano sin penetrar, y también puede ser penetrando el ano con el dedo, con la yema hacia adelante y el gesto ‘vení para acá’ o con un juguete, que por lo general tiene la curvatura que imita el gesto. También debe sumarse la estimulación peneana simultáneamente”.
¿Por qué se definió a esta zona como ‘el punto G masculino’? “La próstata es atravesada por la uretra que sale de ella. En esta sección, denominada “uretra prostática”, desembocan los conductos deferentes que vienen de los testículos trayendo los espermatozoides y secreciones de otras glándulas, que se suman a las de la próstata. Esta sección de la uretra presenta un esfínter interno (del lado de la vejiga) y otro externo, generando así una cámara de alta presión, la cual al ir incrementándose la percibimos como una sensación placentera”.
3. La próstata contiene tejido glandular y muscular
La glándula prostática cuenta con un tejido glandular que produce el líquido seminal, uno de los componentes del semen junto con la esperma. También se compone de tejidos musculares que, mediante una contracción, ayudan a expulsar el semen del pene durante la eyaculación. Este mecanismo funciona también al momento de orinar.
4. Durante la eyaculación, la próstata interviene impidiendo el paso de la orina
Como se mencionó en esta nota, la uretra masculina es considerablemente más larga que la femenina. Una parte del sistema reproductor y urinario es el esfínter uretral interno, que se sitúa justo encima de la glándula prostática. El esfínter se cierra, esto es lo que permite que no salga orina junto con el semen durante la eyaculación.
5. La próstata tiene su propia efeméride
Cada 15 de septiembre se celebra el Día de la Salud Prostática. Según el Ministerio de Salud de la Nación, el principal objetivo es «concientizar a los hombres sobre la importancia de realizarse revisiones periódicas para prevenir e identificar las enfermedades de la próstata».
Los cuidados y consejos para estimular la “zona P”
Si se desea explorar y estimular esta zona Hudson recomienda las siguientes medidas:
Higienizar el área y también las manos y las uñas
“El recto tiene su flora bacteriana particular que en otra zona termina produciendo infecciones. Por un lado, es fundamental la higiene, no es necesario higienizar con enemas, pero sí es conveniente haber defecado e higienizar previamente la zona con agua y jabón siempre que haya estimulación por penetración”, explica el médico y miembro de la SASH.
Hudson también enfatizó la importancia de mantener la higiene de las manos y las uñas, que estén preferiblemente cortas, de la persona que estimula.
Lubricar la zona, relajarse y hacerlo paulatinamente
El especialista indica que, como el ano no tiene una buena lubricación, el uso de geles íntimos y lubricantes a base de agua es necesario antes de realizar esta práctica. “El sexo anal tiene que ser deseado, la penetración digital debe ser paulatina y siempre amerita una relajación del esfínter”, añade.
Si vamos a usar un juguete sexual hay que higienizarlo antes y después
Hudson refiere que si se desea incorporar algún sextoy siempre se debe limpiar antes y después de su uso. En caso de que se utilice para penetrar el recto, solo debe dejarse para estimular la vía anal. También se puede utilizar un preservativo.
Evitar esta práctica si hay una fisura, hemorroides o trastornos gastrointestinales
Uno de los principios de la exploración, a solas o en pareja, es la búsqueda de sensaciones placenteras. Por eso, el especialista advierte que se debe tener presente que no haya fisuras, hemorroides o trastornos gastrointestinales antes de estimular la zona P.
Librarse de tabúes si se desea experimentar
El tabú al placer anal en varones heterosexuales persiste. Junto con el Hite Report, el libro del sexólogo Jack Morin Anal Pleasure and Health (1981) también sacudía las convenciones de la década. Morin concluyó que la cultura occidental estigmatiza el placer anal de los hombres heterosexuales para estabilizar las normas y convenciones de género, rechazando el rol receptivo aunque su contraparte sea una mujer y no haya ninguna atracción hacia personas de su mismo sexo. De a poco, el tabú se cuestiona.
Hudson coincide en que las generaciones más jóvenes se sienten menos incómodos con los diferentes tipos de relaciones y atribuye parte de esto a la introducción de la ESI (Educación Sexual Integral). Para el especialista, esto permite que haya menos prejuicios con la exploración del propio cuerpo de manera informada y responsable.
Repensar el concepto de “hombría” tradicional y sus expectativas en el dormitorio todavía surge como un largo camino, pero el especialista agrega que: “La ESI nos enseña que la hombría no pasa por prácticas sexuales, sino por un montón de otros valores”.
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